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Página principal > Reportajes > Narrativa > ERNESTO BAUTISTA: la construcción mental del discurso poético
24 abril, 2019  |  Por: Josseline Pinto En: Destacados, Narrativa, Reportajes

ERNESTO BAUTISTA: la construcción mental del discurso poético

New Promises, Ernesto Bautista, 2012. Impresión de vinil sobre trailer, fotografía digital.

A través de una visita de estudio virtual organizada por el programa Y.ES Contemporary de El Salvador, conocí el trabajo de Ernesto Bautista (1987-). Ernesto se encuentra en Bogotá después de finalizado su año de residencia en FLORA ars+natura y está comenzando una nueva etapa trabajando como investigador conjunto en el departamento de Matemáticas y la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Colombia. Lo que conocía de él anteriormente era su perfil como poeta, así que pensar cómo transita entre la poesía, el arte contemporáneo, la investigación artística, el cine y las matemáticas, era solo parte de mi curiosidad.

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Bautista, como joven poeta en El Salvador, trabajó su escritura hasta el punto que necesitó trascender a nuevas formas, ahora visuales. Como artista, participó de las sesiones colectivas del Espacio 556 en Ciudad de Guatemala junto a artistas como Diego Sagastume, Jorge Linares y Rolando Madrid; y en 2010, inicia una nueva faceta como uno de los miembros fundadores del colectivo The Fire Theory. El proyecto está conformado también por los artistas Melissa Guevara, Crack Rodríguez, y Mauricio Kabistán, y es tanto la unión de fuerzas creativas como un mecanismo de producción de reflexión y conocimiento colectivo.

Los intereses del grupo abordan el activismo político, la investigación histórica y la producción de piezas vinculadas a la realidad social y política de El Salvador, sin dejar de lado una carga poética inmensa al tratarse de gestos, acciones u objetos sensibles y potentes. Melissa Guevara, por ejemplo, aborda temas del tiempo y la desaparición con materiales como huesos, cenizas y la extracción de suelos de sitios importantes durante la Guerra Civil de El Salvador. Rodríguez realiza acciones en el espacio público para rebelarse contra los sistemas de poder establecidos, apuntando críticamente a lo obsoleto y opresor de los mismos. Kabistán trabaja con objetos y acciones que rescatan la memoria histórica del país y su propia memoria; y piezas de sonido que denuncian los horrores y dimensiones de la guerra. Bautista, por otra parte, comenzó su producción dentro del colectivo con proyectos que hacían referencia a la violencia y precariedad que se vive en las calles de San Salvador a través de objetos, intervenciones y gestos; y otras piezas que contraponían ideas de vida y muerte, fragilidad y trascendencia, poder, memoria e identidad personal. Es interesante que aunque su producción hoy ha dado un giro completo en cuanto a los medios que utiliza, las temáticas de esa época continúan siendo el motor detrás de sus preocupaciones actuales.

En sus primeras obras, fechadas de 2009 a 2014, existe una primera intención de hibridar la imagen o el gesto con la poética, provocada por su afinidad con la poesía. Esto con piezas que piden al espectador la contemplación del resultado de sus acciones y la conexión de simbologías, conocidas como fuego y huesos para atar significados. Habeas Corpus (2013), por ejemplo, presenta la imagen en llamas de una tumba con huesos. La pieza, exhibida en 2014 en la exposición Manifiesto, curada por Edith Medina en el Ex Teresa Arte Actual en México, es una metáfora sobre la promesa de trascendencia y sacrificio. Medina en el texto curatorial de la muestra describe al fuego como “disipador o purificador, pero también como culminación”. Así, el gesto de quemar los restos y volverlos ceniza podría significar tanto un acto de violencia y desaparición, como un gesto de desprendimiento y resurrección.

Habeas Corpus, Ernesto Bautista, 2013, Video HD.

Relations of the divided body, Ernesto Bautista, 2013. Cráneos humanos y resina.

Otras piezas de la época como Relations of the divided body (2013) rayan levemente la apropiación con la poética de la transformación. La acción consiste en dividir a la mitad dos cráneos humanos, y unir sus partes traseras formando una esfera de hueso totalmente sellada. El resultado es completamente despersonalizado; dos cráneos vueltos una escultura geométrica que por su condición primaria continúan hablando de humanidad y memoria. Bautista menciona que la pieza “parte de los elementos semióticos de la muerte, la historia genética, la humanidad por sí misma como un signo, y trata de confrontarlos a la imagen escultórica que al mismo tiempo es un contenedor sellado”. Pero más allá de un gesto de re-construcción, hay también un acto de cinismo que para el artista está implícito. ¿Tendrá algún poder peligroso el apropiarse de restos que en algún momento fueron una persona? ¿Y qué valor ético entraría en juego en esta apropiación? La pieza cumple su función comunicativa y explora los cráneos desde su forma y su significado para convertirlos en algo más. Pero el gesto de despojarlos de lo que les daría una identidad reconocible como cráneos es también una acción de despojo de identidad, tal vez incluso haciendo referencia a cómo la muerte es una condición ya despersonalizada. Unir entonces estas dos masas, se convierte en una operación de creación —jugando a dios y a artista— y al mismo tiempo en una nueva conversación simbólica entre identidades y formas. ¿Qué nuevo cuerpo forman estos dos unidos? ¿Qué nueva conversación dispara el objeto artístico-escultórico por su material? ¿A quién le pertenece el cuerpo ahora que es otro?

La obra de Bautista en esos años continúa explorando la yuxtaposición de símbolos para la creación de nuevas composiciones semánticas. Masses (2009), por ejemplo, es tal vez su obra más reconocida. Consiste en la puesta en escena de un encendedor transparente rellenado con sangre en vez de combustible. Si diseccionamos ambos elementos tenemos la sangre como representación humana —y también como una pesada connotación de violencia— y el encendedor como dispositivo. Sin embargo, la sangre no podría accionar el encendedor para la producción de fuego, pero sí podría ser el resultado de la explosión.

Masses, Ernesto Bautista, 2009. Encendedor y sangre humana.

– Nuevas promesas expandidas – 

Tenemos claro entonces que la producción de significados en la obra de Bautista se da a través de la relación de elementos simbólicos que producen nuevos significados. Y es así también como se construye el lenguaje. Cada palabra tiene su propio significado y en conjunto forman una nueva estructura. A pesar de que en las obras anteriores, la poesía se manifiesta a través de la poética de estos contrastes, el ejercicio literario para Bautista no desaparece del todo y a partir de estos años se manifiesta también en ejercicios visuales.

Para Bautista, en su trabajo, la poesía es la estructura del discurso, la narrativa e investigación; y la imagen, la construcción mental de la misma, por lo que obras como New Promises (2012) y La Palabra (2013)  dan inicio a lo que después el artista llamaría “proyectos literarios con aplicaciones visuales” o “literatura expandida”.

La palabra, Ernesto Bautista, 2013. Fotografía y montaje digital.
New Promises, Ernesto Bautista, 2012. Impresión de vinil sobre trailer, fotografía digital.
New Promises, Ernesto Bautista, 2012. Impresión de vinil sobre trailer, fotografía digital.
New Promises, Ernesto Bautista, 2012. Impresión de vinil sobre trailer, fotografía digital.

New Promises, por ejemplo, es un poema en movimiento. Se trata de camiones de carga que cruzan las fronteras de Centroamérica y México hacia Estados Unidos con frases hechas de vinilo adhesivo en sus contenedores. Las frases, escritas por el artista para este proyecto, dicen “La luz de noche se detiene conmigo”, “Igual que el sol, aunque la muerte” y “Aunque sea una frontera prometo no detenerme”. Los contenedores van en la carretera como pancartas ambulantes, como promesas de esperanza o plegarias, en el mismo trayecto en el que tantos migrantes van dejando también sus palabras. En cuanto a las funciones de la palabra, pareciera que fuera el contenedor el que dice las frases, como si fuera él la representación de aquellos que cruzan esas fronteras, y al mismo tiempo es únicamente el soporte de este mensaje en movimiento para ser visto desde el camino.

Estas piezas fueron un presagio para la actual producción de Bautista, que continúa en 2018 dentro de la residencia FLORA ars+natura en Bogotá. Las condiciones en FLORA, le permitieron satisfacer sus inquietudes teóricas y cuestionarse las intenciones detrás de sus trabajos anteriores. Por ello, su producción reciente atraviesa distintos campos; por una parte, la investigación artística como proceso de pensamiento y reflexión y por otra, la producción cinematográfica y los proyectos de literatura relacional, es decir la aplicación de literatura en códigos visuales.

 

– Investigación artística como proceso artístico –

Julian Klein, en su ensayo What is artistic research? [1], menciona que hay una diferencia entre el arte que está basado en una investigación, el arte en el que la investigación es utilizada como metodología y finalmente el arte cuyo producto es una investigación. Además cita al artista Florian Dombois que expande esta triada al decir “Investigación acerca/para/a través del arte y Arte acerca/para/a través de la investigación”. Es decir que entre las múltiples dinámicas que existen para concebir los roles que el arte y la investigación pueden jugar cuando están relacionadas, la “investigación artística” no está buscando contribuir a la producción de arte como una herramienta para sustentarle, sino plantear nuevas preguntas desde la investigación para el arte. Dombois dice, “si el ‘arte’ es un modo de percepción, la ‘investigación artística’ debe ser el modo de un proceso”[2]. Y es esta idea de “proceso” la que mejor acuña el nuevo trabajo de Bautista. Su interés por el texto y la investigación son procesos de discurso y cognición que aportan al trabajo nuevas visiones y preguntas, más que justificaciones y sustentos. Para Bautista, la investigación es un marco teórico que le permite entender los conceptos y formas de su trabajo. La investigación artística se vuelve para él una conversación personal, un monólogo de reflexión, un sueño lúcido en conversación con su cuerpo despierto, un mecanismo para atar ideas y darle nombre a las nuevas formas que está creando en su imaginación. Bautista dice que “la literatura es la única posibilidad del lenguaje en el que toda la imaginación es permitida”[3] y es tal vez esa literatura –en forma de arte y pensamiento- que le permite arrojar al texto sus ideas y “definir y concebir ese universo específico”[4].

Ensayos de Bautista como el Estudio de la imagen confrontada con el pensamiento escrito. (Hacia una literatura relacional)[5], le permiten crear un marco conceptual en el que puede crear nuevas formas de aproximaciones a la imagen y el texto, y brindar herramientas discursivas para redefinir y entender las posibilidades de su propia práctica. Este ensayo en particular es un texto que recoge ideas que estaban presentes desde los primeros años de su producción en piezas como La Palabra y New Promises, y aquí terminan de definirse como “Literatura Relacional”. Este concepto construido por el artista es la definición “del estudio de las posibilidades de la literatura expandida y las incursiones de los códigos literarios en obras visuales”[6]. Sin embargo, el texto es aún un estudio y el artista sugiere en él proseguir con el experimento de talleres colectivos para entender las implicaciones de la imagen escrita o qué significaría construir literatura con imágenes. Bautista se pregunta también por las formas en las que consumimos visualmente la palabra en elementos como subtítulos, las imágenes creadas por la literatura en libros, o aquellas que solo existen en la imaginación como la tradición oral, o piezas artísticas que hibridan la palabra y la imagen, como el trabajo del colectivo Art and Language o Lawrence Weiner. ¿Qué hace de la literatura una imagen y qué es una imagen literaria? Se pregunta Bautista y a la vez ¿Qué es la literatura en una imagen? O si una sola imagen puede ser literatura.

Estudio sobre la circulación de la imagen pura, Ernesto Bautista, 2018. Empapelado y tinta.

El texto en este caso además de dar un marco referencial para las piezas artísticas en cuestión, es también una elaboración artística. Joasia Krysa en el texto Exhibitionary practices at the intersection of academic research and public display, hace referencia a la exhibición artística como un “sitio complejo de mediación donde la teoría y la práctica se unen y los fenómenos se excavan o construyen por sus capas discursivas subyacentes y aquellas otras no discursivas”[7]. El texto entonces tiene la misma función que el laboratorio expositivo referido por Krysa, un sitio complejo de relaciones construidas por discursos y prácticas que se presentan al espectador para crear conocimiento.

Pero este es un postulado complejo, y aunque la práctica de la investigación artística está asimilada en distintos contextos e incluso institucionalizada en programas académicos en universidades e instituciones, sigue resultando un campo difuso que permite su cuestionamiento. Lars Hallnäs pregunta en el texto Once again… What is artistic research [8], sobre la ontología de la práctica dando dos posibilidades para su existencia: “(A) La investigación artística como maneras artísticas de hacer investigación, es decir el artista como investigador. (B) La investigación artística como maneras de desarrollar una práctica artística”. Sin embargo, ambas posibilidades tienen sus acertijos. La primera supone que el arte puede producir conocimiento. ¿Pero queremos atribuirle al arte una responsabilidad así? Se ha pretendido que el arte tenga una responsabilidad comunicativa, educativa, social y ahora también de producción epistemológica. ¿Es esto justo para el arte o es en el arte donde esto podría solucionarse? Para Bautista la respuesta es sencilla, pues si producir arte es para él un proceso de imaginación y asociación, la investigación artística –es decir el arte como mecanismo de investigación- es parte de ese proceso imaginativo.

– Del texto al cine y la experiencia visual –

Los más recientes proyectos del artista corresponden a un medio diferente a los anteriores. Se trata de proyectos cinematográficos a los que Bautista entró de forma natural por que los medios tradicionales no le bastaban para transmitir una experiencia más compleja de lo que es estar vivo.  Ahora, bajo el sello MILLENNIAL GUERRILLA CINEMA sus nuevos proyectos apuntan a crear películas con una fuerte carga poética, documental, visual y teórica que aluden con mayor madurez a los mismos intereses que desarrolló desde sus primeras obras.

El Teatro del Desencuentro, por ejemplo, es una obra aún en proceso que narra la historia de trece niños migrantes que se encuentran en una jaula que hace alusión a la Oficina de Detención y Deportación de Estados Unidos. Los niños en el encierro, a la espera de la definición de su situación migratoria por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas ICE, comienzan a dialogar de sus sueños, sus ideas de la muerte, el tiempo, el miedo, la imaginación… Si bien el film conlleva una carga emocional que desgarra por reflejar una realidad terrorífica, el proceso de producción del film es igual de complejo.

Teatro del desencuentro, Ernesto Bautista, 2018. Película en Alta Resolución.

A pesar de que los datos no son exactos, en 2018 The New York Times estimó que había aproximadamente 15,000 [9] niños en custodia migratoria para el final del año pasado. Estos menores fueron detenidos viajando solos o separados de sus familias, huyendo de la violencia y pobreza de sus países, y se encuentran encerrados en los más de 100 centros alrededor de Estados Unidos [10].  El Gobierno del país americano disfraza esa cárcel con palabras como “albergue”, pero la realidad son condiciones sumamente precarias sin ningún cuidado y sin posibilidad alguna de salir o de reunirse con sus familias de nuevo. Las nuevas políticas de la administración de Trump incluso han hecho más difícil el reclamo de los familiares que podrían hacerse cargo de los niños.  La realidad es entonces una verdadera jaula que Bautista toma de manera literal, no solo como un símbolo.

Teatro del desencuentro, Ernesto Bautista, 2018. Película en Alta Resolución.

El proyecto fue realizado con el apoyo del Centro Cultural de España en Tegucigalpa, y comenzó con las audiciones para los papeles de los niños. Al seleccionarlos, el artista conversó con los padres para advertirles que serían los niños los que escribirían el guión, por lo cual necesitaba que ellos entraran en un proceso guiado de empatía emocional e intelectual, de lectura, de concientización y que sería un intenso trabajo de apertura. Así, durante dos semanas, Bautista y los niños trabajaron en discutir y entender qué podría significar ese encierro, cómo relacionarse con esa realidad; realizaron lecturas guiadas para entender también cuáles eran las posibilidades de la imaginación en una situación así y cómo encontrar una voz propia. Después comenzó el proceso de grabación y los niños crearon sus propios personajes adaptando sus personalidades a esta nueva situación de encierro en el que la jaula se convirtió en su nuevo universo.

El film está dividido en capítulos y filmado en 360° para que el espectador pudiera sentirse como otro de los personajes en ese encierro. A pesar de que los diálogos del film son los pensamientos que los niños generaron, existían situaciones delimitadas en cada escena. Así, en base a la situación, los niños podían expresar lo que sus personajes pensaban. El primer capítulo es “El Despertar”, cuando los niños se dan cuenta que están ahí y reconocen por primera vez su nuevo entorno. No saben por qué están ahí, ni cómo llegaron, pues no existe más un pasado o un futuro, solo ese momento. Algunos niños deciden resignarse, otros comienzan a pensar cómo hacer de su situación un lugar mejor, otros están desesperados y piden ayuda. ¿Qué dicen en verdad las mentes de estos niños en el encierro? A pesar de que el film es una simulación, el proceso de su realización y lo pesado de su imagen plantean una dura crítica a las políticas actuales y a la deshumanización de las mismas, sin dejar atrás su concepción poética.

Otros proyectos que se encuentran también en su etapa de postproducción son La voz en el límite del vacío (2016-), La Memoria Infinita (2017-), entre otros. La memoria infinita es un verdadero caso de contemplación. Es un documental basado en la dinámica de narraciones de memorias, pensamientos, y sueños. La pieza podría ser el seguimiento de otra anterior titulada Manifiesto de la muerte, un bloque de textos con postulados sobre la desaparición, extendido a “imagen, cuerpo y sonido”. Este film fue producido en Japón durante su residencia artística en ARCUS Project y narra a través de cuatro capítulos sobre la inmortalidad y el tiempo de los recuerdos. Toda memoria es construida a partir de una experiencia, la cual a su vez se traslada a la memoria de los otros cuando se comparte, pero después de la muerte, ¿podría existir una manera de existir por siempre? La Memoria Infinita se plantea entonces como una utopía de permanencia en un mundo que poco a poco dejamos atrás.

Finalmente, los proyectos de Bautista son conversaciones entre la poética, la imaginación y la realidad, una realidad que a su vez es dura y atemorizante y que está cada vez más cerca de la desaparición. Sus obras han cambiado en forma y en medio, pero continúan partiendo desde la curiosidad de un poeta por explicar su mundo y la de un artista comprometido y entendido de la humanidad y la sensibilidad que son amenazadas en cada proceso y situación de la realidad de Centro América y el mundo.

La memoria infinita, Ernesto Bautista, 2013. Fotografía Digital.

________________________________________

[1] Julian Klein, “What is artistic research?” 2010, Gegenworte 23, Berlin-Brandenburg Academy of Sciences and Humanities. Obtenido de: https://www.researchcatalogue.net/view/15292/15293

[2] Ídem 1.

[3] Ernesto Bautista, “Study of image confronted with the written thought (Towards Relational Literature)”.

[4] Ídem 3.

[5] Traducción del título original en inglés: “Study of image confronted with the written thought (Towards Relational Literature)”.

[6] Ídem 3.

[7] Joasia Krysa, “Exhibitionary practices at the intersection of academic research and public display”, Futures of Artistic Research at the intersection of Utopia, academia and power, Writings from The Academy of Fine Arts Uniarts Helsinki, No. 05, 2017. Obtenido de: https://helda.helsinki.fi/bitstream/handle/10138/246117/Futures_of_artistic_research_kirja.pdf?sequence=1&isAllowed=y. 

[8] Lars Hallnäs, “Once again… What is artistic research”, Futures of Artistic Research at the intersection of Utopia, academia and power, Writings from The Academy of Fine Arts Uniarts Helsinki, No. 05, 2017. Obtenido de: https://helda.helsinki.fi/bitstream/handle/10138/246117/Futures_of_artistic_research_kirja.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[9] Jordan, M. (18 de diciembre de 2018). Thousands of Migrant Children Could Be Released After Sponsor Policy Change. The New York Times. Obtenido de https://www.nytimes.com/2018/12/18/us/migrant-children-release-policy.html

[10] Chalabi, M. (22 de diciembre de 2018). How many migrant children are detained in US custody? The Guardian. Obtenido de https://www.theguardian.com/news/datablog/2018/dec/22/migrant-children-us-custody

 

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Escrito por Josseline Pinto

Investigadora independiente, poeta, y curadora de arte contemporáneo. Si el día tuviera 48 horas, igual no dormiría. Co-fundadora y directora del proyecto curatorial MANIFESTO-espacio.
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