site logo
  • esQuisses
  • Reportajes
    • Fotoreportaje
    • Narrativa
    • Entrevista
    • Pluma invitada
  • Recomedaciones
    • Literatura
    • Cine
    • Música
  • Galeria
    • Fotografia
    • Artes Visuales
    • Literatura
  • en Vivo
  • Columnistas
    • Texto
      • Izabel Acevedo
      • Jorge Campos
      • Silvia Trujillo
      • Alejandro García
      • Pablo Bromo
      • Sebastián Salvador
    • Visual
      • Petunia
      • G1ft3d
      • José Ochoa
      • Samael Solórzano
      • Sandie López
      • Comics
        • Cubito
  • Agenda
Página principal > Columnistas > Texto > Izabel Acevedo > Nosotres que nos amamos tanto
13 agosto, 2018  |  Por: esQuisses En: Columnistas, Izabel Acevedo, Texto

Nosotres que nos amamos tanto

Prev

Por Izabel Acevedo

“Tiranos, ¿por cuál razón, (siendo las mujeres, de las dos partes del género humano, la una que constituye mitad), habéis hecho vosotros solos las leyes contra ellas, sin su consentimiento y a vuestro albedrío?”

Francisco de Quevedo

En mi casa el lenguaje siempre fue importante. Siempre nos leyeron cuentos cuando éramos niñas, siempre habían libros en los estantes y, en consecuencia constante intercambio de ideas y conceptos. Recuerdo que incluso, como si fuésemos renacentistas, solíamos leernos en voz alta las unas a las otras… y los otros, para ser incluyente con mi padre, que de hecho todavía a veces nos lee algunas cosas en voz alta.

Las navidades y cumpleaños siempre traían libros nuevos y las expresiones de amor estaban ligadas al lenguaje, a las ideas y al arte. Incluso ahora que cada quién ha crecido y tomado su rumbo, nos regalamos, de cuando en cuando, tiempo para hablar sobre lo que estamos pensando, leyendo o escribiendo.

Cuando llegaron mis bebés, de sopetón descubrí ese amor mueve tierras que te hace alimentar a tus crías con tu cuerpo, dormir abrazada a ellas para que puedan sentir tu calor por las noches y explicarles todo lo que sabes del mundo a través de tu lengua materna.

Me dediqué especialmente a estimular su aprendizaje del español, porque vivimos en una ciudad donde a pesar de lo mucho que se habla el idioma, a nivel escolar y profesional se utiliza predominantemente otro idioma, que es el inglés. De tal forma que hice del español una especie de santuario para hablar de nuestra familia, de nuestra forma de ver la vida, de nuestro amor.

Empezaron a hablar muy pronto y desde entonces sus frases siempre han sido ambiciosas, buscan comunicar cosas que consideran importantes y hacen preguntas que puedan proporcionarles grandes porciones de conocimiento. A los dos años y tres meses, Nico pudo comunicarme algo fundamental sobre su persona: A pesar de su sexo indicando algo distinto, Nico en su cerebro y en su corazón se siente niña.

Esto es algo que no me sorprendió para nada, yo ya había notado, que mi Nico tenía una energía más femenina que la de su hermano gemelo Sebastián. Realmente es algo que no sé explicar objetivamente. No es que Nico tenga interés por las muñecas, o que se quiera vestir de rosa riguroso, ya que todos esos son elementos externos que una niña puede aprender o no. Más bien puedo reconocer en ella a una niña, como pude haber sido yo misma, en que le gusta ver largamente a los ojos y entender cómo funcionan las relaciones humanas. En que adora estar cerca de otras niñas, de sus abuelas y de mi. En que la relación con su padre parece ser muy importante para su autoestima. En que sus gestos son tiernos y delicados. En que disfruta colocar flores en su cabello. Y finalmente, cuando planea hacer una travesura, parece una jugadora de ajedrez que avanza sobre el tablero pensando diez pasos adelante de nosotros, hasta hacernos jaque mate.

Después de hablar con una sexóloga sobre el tema, pudimos saber que Nico es uno de muchos infantes que se encuentran fuera de las normas de los géneros desde el nacimiento, infantes que en cuanto reúnen la confianza y las herramientas para hacerlo, lo comunican a su madre y/o padre. Si sus progenitores los escuchan a tiempo, podrán desarrollar su personalidad en libertad, creando, experimentando y muchas veces fluctuando entre los géneros disponibles. Para ello sus cuidadores han de convertirse en una especie de escudo que los protege de las constantes imposiciones de género que en la niñez son tan comunes, insistentes y rigurosas.

Personalmente me alegra mucho ser el escudo de mi cría, porque lo que veo en Nico es belleza pura… puedo pasar todo el día perdida en su mirada tierna, en sus abrazos suaves, en la honestidad de sus palabras, en la intensidad con la que siente y la sutileza con la que cada día se construye sí misma (o, e). Pero además estoy consciente, de que simplemente con dejar a Nico ser, me estoy sumando al cambio y a su causa, que no solo es una causa bella, también es una causa justa, necesaria.

Debo decir que aunque nuestra lengua nos salvó de tener que vivir en el closet de las familias diversas, es allí mismo donde he encontrado mi primer batalla ya que para decirlo sin rodeos, el español es una lengua brutalmente binaria y sexista. Usar el plural sin tener que referirse a mis crías como dos niños hombres ha resultado imposible. Y he podido comprobar la frustración de mi hija cuando me refiero a ella utilizando el género masculino. Y los días en que Nico fluctúa entre un género y otro son terribles, por que el español no te deja construir oraciones sin definir claramente el género del sustantivo.

No hay una palabra neutral, cariñosa y cotidiana para decir “niñx” o “niñxs” sin utilizar el plural masculino, mientras que en inglés existen kid, child, children además de boy and girl y sus respectivos plurales. Tampoco lo hay para el conjunto de madre y  padre, que en inglés se resuelve muy bien con el término parents (y que en español hay que utilizar el plural masculino sin más).

Siento que al heredarles mi idioma a mi hijo y a mi hija, les estoy entregando una de cal y una de arena. Por un lado un idioma rico y expresivo con el que se puede hablar con profundidad, dulzura y  picardía. Y por otro lado, un idioma conservador que no incluye suficiente a las mujeres—y mucho menos a las personas transgénero. Un idioma que enarbola la bandera del privilegio masculino.

Todo esto me está haciendo cuestionar por completo la forma en la que utilizo el lenguaje. A mis 37 años, me tropiezo al hablar, me detengo y reformulo las frases que construyo, y el presente artículo me ha tomado el doble del tiempo que normalmente me tomaría.

No quiero hacer más afirmaciones involuntarias de género sobre mi misma y sobre dos espíritus libres de tres años que son mis crianzas.

Para mi la lengua materna debe expresar amor, compresión, complejidad, diversidad y, sobre todo, nuevas formas de ver el mundo. Estoy cansada de referirme a mi misma en masculino, estoy cansada de tener que explicar a cualquier desconocido el género o el no género de Nico y Sebas solo porque no puedo construir una frase sin tener que aclararlo involuntariamente.

Y no estoy dispuesta a presionarlos para que escojan entre el rosa o el celeste, entre ser ama de casa o policía, entre una blusa de corazones o una de dinosaurios, entre él y ella.

Por mi que lo tengan todo. Que tengan todos los colores, que estudien lo que quieran, que vistan lo que más les guste, que utilicen el cabello como les dé la gana, que sean un chico y una chica al mismo tiempo, o que no sean ninguna de esas dos cosas.

No tengo miedo de darles la libertad que se merecen y no tengo miedo de romper las reglas para hacer mi lengua más abierta y más incluyente. Cervantes no se revolcará en su tumba y Quevedo estaría feliz viviendo en esta época de tanta beligerancia frente al lenguaje.  

Comparte esto:

  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Google+ (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
  • Compartir en Skype (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta:

Me gusta Cargando...

Escrito por esQuisses

AnteriorCoraje y Tragedia: la historia de Nuevo Signo
SiguienteGerson Ortiz

Comentarios: 0

Deja un comentario Cancelar respuesta

Entradas recientes

  • ERNESTO BAUTISTA: la construcción mental del discurso poético
  • ENTREVISTA: Paula Morales, “nuestra existencia es resistencia”
  • Cristobal De La Cuadra, lo más importante ahora es hacer escena y comunidad.
  • ENTREVISTA: Teresa María, somos mucho más
  • ENTREVISTA: El David Aguilar «Cuanto tocan en mi casa, yo abro»

Agenda cultural


« Diciembre 2022 »
Mo Tu We Th Fr Sa Su
      1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31  

Calendar by Kieran O'Shea

© Copyright esQuisses
loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación de email. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.
A %d blogueros les gusta esto: