Por Sandie López
Siempre pensé que hacer skateboarding era aprender sobre el equilibrio, pero en realidad es mucho más, es conocerse a sí mismo, no solo te da aprendizaje sino liberación mental.
Texto: Luis Pedro La Torre
Hace 9 meses comencé a patinar. Como otras disciplinas, patinar es un proceso iterativo de prueba y error que requiere de concentración y constancia. Esta disciplina exige la coordinación del cuerpo con la tabla para lograr mantener el equilibrio mientras se desplaza sobre una superficie. Además de las lecciones que vienen con las caídas, raspones y moretones, hay aprendizajes que trascienden la tabla y las cuatro llantas. Estos son los que considero más relevantes:
1. Yo no soy mis cosas. Los zapatos, pantalones y camisas se rompen. La tabla se astilla, se raja o se quiebra. Las llantas y los trucks se gastan. Los bearings se oxidan. Todo lo que usas eventualmente lo tenés que cambiar. Lo único que queda después de que todo cambia sos tú, con tus raspones y tus cicatrices. Nada de lo que llevas te define porque no sos tus cosas. Tu identidad es algo más complejo, es tu actitud, tu motivación, es tus ganas de hacer algo. Es lo que tú definís y lo que llevas a todas partes. Tu identidad no está en lo reemplazable y definitivamente no está en lo efímero.
2. La verdad que importa es tu verdad. Te pueden decir que lo podes saltar, te pueden decir como posicionar los pies y cuánta presión aplicar. Pero en el momento que te toca, todo depende ti y de la confianza que te tengas a ti mismo. Nadie lo va a hacer por ti y nadie va a recibir la caída por ti. No creíste en ti y te caíste. ¿Qué hacés? Te levantas, aprendes y volvés a intentar. Si lo logras, lo lograste tú porque te atreviste y porque tomaste riesgos.
3. Lo importante es lo que está después del horizonte. Inicias queriendo saltar una grada de 5 cm. Lo logras y después querés una grada de un metro. Lo logras y después querés saltar la grada haciendo un truco. Lo caes y querés otro truco en una caída más alta. Llegas a un horizonte para darte cuenta que hay más cosas después de ese límite y que la sensación de maravillarse cada vez es más intensa. A medida que más te exigís, tus capacidades y las posibilidades de lo que podes hacer se amplían. Lo que importa es el truco marginal.
Estas lecciones no las aprendes solo por patinar. Estas lecciones las aprendes porque estás consciente de lo que estás haciendo. De lo contrario, ¿por qué lo haces?
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