site logo
  • esQuisses
  • Reportajes
    • Fotoreportaje
    • Narrativa
    • Entrevista
    • Pluma invitada
  • Recomedaciones
    • Literatura
    • Cine
    • Música
  • Galeria
    • Fotografia
    • Artes Visuales
    • Literatura
  • en Vivo
  • Columnistas
    • Texto
      • Izabel Acevedo
      • Jorge Campos
      • Silvia Trujillo
      • Alejandro García
      • Pablo Bromo
      • Sebastián Salvador
    • Visual
      • Petunia
      • G1ft3d
      • José Ochoa
      • Samael Solórzano
      • Sandie López
      • Comics
        • Cubito
  • Agenda
Página principal > Columnistas > Texto > Pablo Bromo > NINA SIMONE: La primera mujer que me tatuó el corazón
7 noviembre, 2017  |  Por: Pablo Bromo En: Columnistas, Pablo Bromo, Texto

NINA SIMONE: La primera mujer que me tatuó el corazón

NINA-02

 

 

 

Por: Pablo Bromo

A Nina me la vengo dosificando en cuotas livianas desde hace muchos años.

La primera vez, en un viaje melancólico que hice por Canadá y la Costa Este de los Estados Unidos a principios de siglo. Recién acababa de visitar Boston, y por error o suerte errática del destino, terminé en la mítica y desaparecida Virgin Megastore de Newbury Street, con cinco pisos llenos de música frente a mis ojos.

Y ahí estaba yo, inmerso en un universo de compactos y vinilos, intentando asimilar toda la producción musical del siglo pasado: Blues, Jazz, Rock sicodélico, Synthpop, Postpunk, Grunge, Hip Hop, Funk, Soul, DNB, Electrónica, etcétera.

Y como era de esperarse, salí con una maleta llena de compactos –desde Daft Punk, Aphex Twin, Bob Dylan o Chemical Brothers hasta una repleta colección de Bossa Nova, Blues, House o música clásica– y, además, con la tarjeta de crédito al tope por la injuria. Hasta recuerdo que después quise comprar unos Air Jordan –soy fanático de las zapatillas deportivas– y apenas pude pagarlos con los pocos dolaritos que me quedaban en efectivo.

La cosa es que en ese viaje escuché mucha música en mi Walkman Sony. Todo en compactos porque aún no habían iPods ni mucho menos celulares con Spotify. Pero ese disco de Nina fue crucial. The Essential: Nina Simone. Un recorrido por dos cedés con veintinueve rolas de la “alta sacerdotisa del Soul”.

Desde entonces, canciones como: Love me or leave me, Ain’t got no (I got life), My baby just cares for me, Little girl blue, Mississippi Goddam, Nobody knows you when you’re down and out, Mood Indigo, I put a spell on you, Four women, Sinnerman, See-Line woman, Ne me quitte pas, Here comes the sun, Just like a woman, Do what you gotta do, Revolution o la spectacular Don’t let me be misunderstood; me atravesaron el corazón con ese vocerón infinito, esa improvisación divina y ese piano meticulosamente académico.

Así, su presencia ha sido una colina con árboles frondosos –pinos y cipreses–, que llevan hacia una colina de anémonas, lirios y margaritas silvestres en un día completamente despejado… y con esa luz característica de final de tarde.

A través de los años, muchas lecturas, películas inolvidables y noches especiales han estado impregnadas de su contralto fulminante y su piano apasionado, pausado e hipnótico. Nunca olvido, por ejemplo, aquel plano-secuencia de The Thomas Crown Affair –con múltiples personajes disfrazados de “The son of man” de René Magritte corriendo por todo el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, para devolver el Monet que Pierce Brosnan se robó al inicio de la película– y a todo esto, sonando Sinnerman con gritos eufóricos y en trance de la gran Nina.

O también, cuando escuché por primera vez mi favorita Just in time al final de la película de Linklater: Before Sunset, en la que Celine (Julie Delphy) le advierte sutilmente a Jesse (Ethan Hawke) que está a punto de perder su avión: “Baby, you-are-gonna-miss-that-plane”, y la canción avanza agonizante hasta el fade out, mostrando los créditos de la película y un piano espeluznante de tres minutos.

Así, varios recuerdos me acercan a Nina, como la primera vez que escuché el Verve Remixed 1 en el que hay versiones de Astrud Gilberto, Ella Fitzgerald, Billie Holliday o Sarah Vaughan hechas por Thievery Corporation, De-Phazz, Tricky o UFO; incluyendo el remix de See-Line woman por Masters of Work y la clásica Feelin’ good remixeada por el DJ Joe Clausell. Dos joyas geniales. O en el Verve Remixed 2 donde aparece otro remix clásico de Feelin’ good por el emblemático productor y DJ de Chicago: Felix Da Housecat.

Por cierto, en ese disco hay remixes memorables de Gotan Project, Miguel Migs, Fila Brazilia, Mr. Scruff y Koop por citar algunos. Otra joyita de disco de remixes.

En fin, tengo mi historia con la primera mujer que me tatuó el corazón.

Al punto que hace unos días, platicaba con una amiga sobre nuestras canciones favoritas de Nina, y no pude contestarle. Le di tres. Luego cinco. Lo que sí, es que ando con una que me ronda la cabeza estos días de lluvia y canícula: Wild is the wind. Una belleza de rola que David Bowie covereó años después como deuda de admiración. ¡Pues claro, quién no va a admirar a Nina! Además de pianista, cantante y compositora espectacular, una activista apasionada desde antes de salir de los Estados Unidos para hacer vida política outsider y asistir como invitada a los mejores festivales de jazz para tocar su música mientras contaba anécdotas.

Pero, ¿creen ustedes que se puede tener una sola rola favorita de Nina? Yo no. Creo que su música nació para iluminar el cielo más vacío y llenarlo de estrellas.

Porque eso son sus canciones, un nido de estrellas que brillan incandescentes a través de los años. Aunque Love me or leave me, con esa fuga de Bach a medio solo de piano, se ha vuelto mi estrella de los últimos días. ¡Gracias, noviembre!

Comparte esto:

  • Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Google+ (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
  • Compartir en Skype (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para enviar por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
  • Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)

Me gusta:

Me gusta Cargando...

Escrito por Pablo Bromo

Poeta, narrador, melómano y editor. Lee más de sus columnas musicales en este link: http://www.esquisses.net/columnistas/texto/pablo-bromo/
AnteriorBreathe in
SiguienteThe House on Mango Street – Sandra Cisneros

Comentarios: 0

Deja un comentario Cancelar respuesta

Entradas recientes

  • ERNESTO BAUTISTA: la construcción mental del discurso poético
  • ENTREVISTA: Paula Morales, “nuestra existencia es resistencia”
  • Cristobal De La Cuadra, lo más importante ahora es hacer escena y comunidad.
  • ENTREVISTA: Teresa María, somos mucho más
  • ENTREVISTA: El David Aguilar «Cuanto tocan en mi casa, yo abro»

Agenda cultural


« Febrero 2023 »
Mo Tu We Th Fr Sa Su
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28          

Calendar by Kieran O'Shea

© Copyright esQuisses
loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación de email. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.
A %d blogueros les gusta esto: