Por: Sandie López
Está columna ha sido una de las que más he disfrutado en la parte visual, porque es un tipo de foto que regularmente no hago, pero siempre es alegre animarse a hacer algo no usual. En la parte del textual espero que se puedan identificar con todas las cuestionantes que surgen al terminar de leer.
Texto por: Luis Pedro La Torre
Cuando se me dio la oportunidad de escribir esta columna, me surgieron cuestionantes sobre qué mensaje le quería comunicar a una persona que no frecuenta conversaciones conmigo, que no sabe quién soy y que, aún así, puede identificarse con mi mensaje y construir ideas sobre este.
Hace unos meses conocí a profundidad el proyecto de Socialab. Este es un grupo de personas cuya iniciativa tiene el propósito de revertir o mitigar la problemática social mediante el emprendimiento social. Uno de los enfoques de Socialab es ligar el paradigma de las competencias; el saber, el saber ser y el saber hacer, a la soluciones de problemáticas sociales. La iniciativa de Socialab es interesante y los invito a que conozcan más de ella para entender la problemática social que ocurre en nuestro país. Sin embargo, el propósito de este artículo es elaborar sobre las cadenas de pensamiento que me han surgido en torno al paradigma de competencias desde que Socialab me mencionó este concepto. Siendo este paradigma algo intrínseco a la persona, puesto que toda persona es, hace y conoce al mismo tiempo, creo que comunicar las cuestionantes que me han surgido al meditar sobre este tema puede ser algo que despierte cuestionantes para una persona cotidiana, como yo, que no tiene afinidad alguna con mi persona y que aún así puede identificarse con las ideas que estoy comunicando.
Todo lo que sucede en nuestra realidad es contemplado por nuestro ser. Nuestro ser está compuesto de nuestros principios y valores, identidad, autoestima y sentido ético. La definición de nuestro ser es tarea de nuestro acto consciente. Nadie define lo que somos y lo que vamos a llegar a ser. Claro, nos desarrollamos en un entorno que no escogemos… no pediste nacer en Guatemala, no pediste ser hijo de tus papas, no pediste ser mujer u hombre… No obstante, nuestro entorno influye mas no define a totalidad lo que somos. Pienso que conocernos a nosotros mismos ha de ser el primer paso para poder cambiarnos y cambiar nuestro entorno. ¿Cómo vamos a llegar a ser, si no sabemos lo que somos?
El llegar a ser involucra la acción de hacer, el tomar decisiones que contribuyen hacia la ejecución de una visión propia a largo plazo. En esta competencia, mis pensamientos se han desligado de la teoría la cual refiere el hacer como el uso de habilidades y competencias de la persona para ejercer un acto a plenitud. La dirección de mis cadenas de pensamiento ha hecho énfasis en la ejecución del acto. Hacer inevitablemente está ligado a decidir. En ocasiones pensamos que nuestro espectro de decisión carece de amplitud y olvidamos que las acciones de nuestro ser están encausadas por las decisiones que tomamos… Si, necesitas trabajo porque nadie vive solo de amor, necesitas comer porque sinó te moris de inanición… es cierto, nuestras acciones están limitadas por nuestra realidad pero nuestra realidad rara vez nos limita a actuar sin control de nuestro cuerpo y mente. El poder de decisión está presente desde que escogemos que vamos a comer hasta escogemos en que vamos a trabajar por los siguientes dos, cinco o diez años. Habría que preguntarse más seguido que tanto las decisiones de nuestro día a día van encausadas hacia las motivaciones y preferencias de nuestro ser.
El saber implica conocimiento. El conocimiento, pienso, no es un fin. El conocimiento es un medio sobre el cual podemos elevar nuestro nivel de consciencia. Toda nuestra vida la vivimos en primera persona, lo cual dificulta estar conscientes de muchas cosas. Mis cuestionantes sobre el saber me llevaron a realizar una lista de mis preconcepciones y todas aquellas premisas que no frecuento cuestionar. La lista terminó siendo más larga de lo que esperaba. Al finalizar concluí que tal vez lo más importante no era la longitud de la lista, sino estar consciente de cada rubro en ella. ¿Qué tan frecuente cuestionamos la constancia en nuestras vidas? Lo que nosotros asumimos como normalidad, puede ser lo inusual para alguien más. Habríamos de estar más conscientes de nuestro entorno y de lo singular y auténtico que este puede ser, tal vez de esta manera nuestros juicios de valor respecto a nuestra cotidianidad sean más positivos que negativos.
Hace unos días leí una entrevista a una psicóloga cognitiva llamada Tania Lombrozo en la cual ella explica cómo el aprendizaje puede suceder por medio de la introspección y la internalización de pensamientos. Dilucidar sobre el paradigma de competencias me ha permitido generar aprendizaje sobre mi persona. El conocerse es una acción continua que no debería de cesar. Espero que mis cuestiones despiertan preguntas, dudas y cadenas de pensamiento que permitan al lector conocerse de formas distintas y tener la posibilidad de elevar su nivel de consciencia.
Mis pensamientos y cuestionantes son producto de las interacciones que tengo con las personas que forman parte de mis experiencias. Agradezco a Sandie por darme la oportunidad de trasladar mis pensamientos a un público que no frecuenta escuchar mis ideas, a mis colegas en Concord por ser una fuente constante de conversaciones que dejan más preguntas que respuestas, a Socialab por introducir el paradigma de competencias a mi lenguaje y permitirme involucrarme en su proyecto y a todas aquellas personas que frecuentan mis experiencias; mis pensamientos son tan suyos como míos.
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