Por: Pablo Bromo
Por imposición, estamos acostumbrados a buscar “la fiesta” en el verano. La fiesta se transforma en sinónimo de muchas cosas: conciertos atestados de gente sudorosa y música mala, playas etílicas cubiertas de una costra de plástico y pena ajena, piscinas infectadas por soledad y vacío, supermercados atiborrados de deudas y aviones que vuelan muy lejos de la identidad propia. Y no, no tengo nada en contra de quien haga todo esto, aunque parezca bastante amargado. Lo que pasa es que desde hace varios años decidí que buscar la agitación del verano es de las cosas que menos necesito.
A mí me gusta la tranquilidad de un buen libro, un buen playlist y las vibraciones del sol –con o sin amigos–. Así que prefiero escapar de las trampas mediáticas que poco a poco nos embusten en agitadas y pasajeras promesas. Por eso viajo y salgo de mis rutinas a destiempo. Con tranquilidad, pues. Voy al mar antes y después de Semana Santa, visito Atitlán en tiempos menos austeros y quejumbrosos, descubro algún rinconcito de Guate por sorpresa, pero en cualquier otra época del año menos en esta.
En esta prefiero el descanso de gente y tumulto. Y así, me siento más tranquilo cuando llegan las ansiadas vacaciones. Estas se las dedico a placeres más personales: Trabajo, escritos pendientes, dibujos eternos, lecturas precisas, cocinar, comer, hacer cocteles, relajación profunda, tiempo con la familia y maníaca obsesión por buscar música nueva.
Para estos días, por ejemplo, decidí hacerme un playlist de Soul que llamé MÁS FRESCO QUE EL AGUA, e indagar en las nuevas y frescas propuestas del Soul, R&B, Funk y hipster R&B de la década: Quadron, Selah Sue, Jamie Lidell, Jordan Rakei, Jamie Woon, Esperanza Spalding, Laura Mvula y Lianne La Havas por citar algo.
Síganle al playlist y propongan sus rolas, es colaborativo.
En cuanto a libros me lanzo a dos inconclusos, una relectura y uno nuevo: “Trucha panza arriba” de Rodrigo Fuentes, “Una cosa bien simple – Novelas cortas soviéticas”, “La máquina de hacer paraguayitos” de Wáshington Cucurto y “Angelitos empantanados” del gran Andrés Caicedo”. Parecerán muchos pero hay dos que ya están a punto de acabarse, así que no hay pierde, regresarán terminados.
¿Y ustedes? ¿Qué libro tienen pensado leer? Algo de Guate no estaría mal: ¿Arnoldo Gálvez? ¿Javier Payeras? ¿Oswaldo Salazar? ¿Valeria Cerezo? ¿Vania Vargas? Todas y todos recomendables. Todavía están a tiempo de ir por el suyo y zarpar al viaje.
Ya dicho todo esto, les deseo el mejor de los descansos y recuerden que el mundo está lo suficientemente hecho mierda como para ensuciarlo más con latas de cerveza vacía o bolsas de plástico desparramadas en la carretera, o en el peor de los casos, al fondo del mar.
Así que salucita y disfruten sus sedantes. Yo me disfrutaré los míos: Sol, música y lectura. Bon voyage.
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