Por: Petunia
La leyenda cuenta que todos nosotros tenemos atado en el dedo meñique un delgado pero muy resistente hilo rojo invisible, que nos conecta y conducirá hacia esa otra persona, con la que haremos historia, una historia muy importante, sin importar el lugar, el tiempo, o las circunstancias.
Este hilo rojo se puede enredar, contraer y estirar, como seguramente a menudo ocurre, pero nunca se puede romper.
El tiempo pasa, pero ese momento, en el que encuentras el otro extremo, marca el comienzo de algo increible, ese algo que solamente con el dueño de la otra punta del hilo puedes realizar.
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