Pep Balcárcel (Guatemala, 1993).
Escritor, editor y gestor cultural. Ha escrito para medios de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua y Estados Unidos. Tiene publicados los libros: Obelisco 65 (poesía, Letra Negra, 2012), Canto Esquizofrénico (poesía, Chuleta de Cerdo Editorial, 2012), Ángeles de Heroína (microrrelatos, Letra Negra, 2012) y Los ojos de lo insano (cuento, Editorial X, 2014). Además, aparece en las antologías LOS 4X4 (poesía, Vueltegato Editores, 2012) y Deudas de Sangre (poesía, Anamá Ediciones, 2014). Asesinó a Messi en el libro colectivo ¡meter un goool! (microrrelatos, Letra Negra, 2013). Actualmente trabaja en una ONG, dirige Pato / Lógica Editores y es codirector de Bitviu.
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1.
Llevo los ojos rojos. Rojísimos. Me pesan las pestañas. Es llanto. Es marihuana. Es el asco que me rodea. Es la angustia de querer gritarlo todo en una hoja de papel. Es la maldita ansiedad que me abraza, me recorre, me besa, me golpea y estruja una y otra vez.
Pero mandé al carajo la tristeza y quise escupirle sonrisas a esta ciudad basurero.
Una pequeña piedra me observa desde donde guardo mis libros. Ya no sé qué hacer con ella: no sé si observarla cada mañana, si lanzarla al abismo o anclarme a la idea que, quizá, algún día, deje de doler. Mis piernas tiemblan. No quiero levantarme. No puedo levantarme. Pasé una semana en cama, escribiendo todo lo que me hizo llegar hasta aquí. Le dije a la vida que sólo esperaba una llamada. Quise huir.
Hay días en los que vuelvo a ser un niño. Un niño asustadizo. Y la calle me aterra: está llena de fantasmas, de demonios, de monstruos.
Vení, querida, regalame una sonrisa que ya no me queda ninguna. Ya no espero señales de la vida. Olvidé mi nombre viéndome al espejo.
Busco arcoiris detrás de esta agonía. Le escribo a la nada. Me aferro al vacío. Las ganas de vivir me asesinan la pasión por seguir.
Mis latidos se apresuran. Las calles están vacías.
Afuera sólo hay silencio. Y frío. Mucho frío.
Sigo acumulando ayeres en la mesita de noche. Mi último disparo es un poema. Tengo alas, pero ya me cansé de volar.
2.
manifiesto de ausencias
el tabaco colocado sobre mis labios
me duelen los ojos
pero afuera cae la lluvia y un hombre corre
lo deja la camioneta
alguien gime
en una pantalla
que es el universo
grito
porque tengo miedo
entra el whisky y quema mi garganta
incontables días
silencios
el absurdo perdió significado
Sísifo decidió suicidarse
ayer consumí otra vez LSD
fue para sobrevivir
pero alguien deseaba aniquilarme
y me derrumbé
Peter Pan no existe
querida
y un muerto sonríe
dame unas horas
arrullá mis pesadillas
descifrá la nada entre mis manos
besá mis ojos
en tu pelo queda mi mundo perdido
“la gente se suicida porque está triste”
y el espejo no responde
la vida se encuentra escondida entre tus labios
pero yo
escribo una elegía para todo lo que nunca fui
3.
cuando éramos niños
quisimos ser astronautas
pero el tiempo puto
se encargó de enseñarnos
que las estrellas son una idea
demasiado cursi para nuestras vidas
ahora el cielo
llora cada noche
lágrimas ácidas
que nos hacen añorar
algo que nunca fue nuestro
vemos el suelo manchado
con nuestra propia miseria
la recogemos
y siempre
la llevamos de la mano
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