Conocí de primera mano el trabajo de Byron Muñoz como «fotografía». Pero no me parecía que el título terminara de hacer referencia a su oficio. Hay algo de escultor y pintor en cada imagen. De escultor al momento que su apropiación del espacio, en series como «Desarraigo», parte de la manipulación de la situación arquitectónica para crear los objetos que él desea. Así el «objeto encontrado» que retrata Muñoz en su imagen es siempre alterado, oculto de su identidad, hasta que se topa con objetos personales en la serie «Una fecha equis» que cambian por completo su proceso.
Pareciera que todo el trabajo de Byron Muñoz es una constante lucha con el inminente fracaso de perseguir una meta imposible. Su objetivo principal es reducir el objeto a lo mínimo, a su forma geométrica o al límite de su figura para acercarse lo más que pueda a lo objetivo, pero no solo lo objetivo es una quimera, sino que no importa que tanto lo intente, el sabe que «jamás podrá escapar de la forma de figuración».
Así que desde hace tres meses, hemos estado trabajando con Byron para su primera exposición individual «Formas de Figuración», una muestra de sus primeros procesos y exploraciones que inaugura este miércoles en MANIFESTO-espacio (5a. calle 5-18, zona 1); pero una conversación con él no es suficiente para terminar de entender sus procesos y el porqué de cada imagen que me resultan sumamente intrigantes…
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Josseline Pinto: Me interesa mucho cómo comenzaste a adentrarte en la fotografía y cómo decidiste comenzar una carrera. ¿Comenzaste pintando o fue la fotografía lo que despertó la inquietud de crear?
Byron M: Podría decir que mis pinturas y dibujos fueron mis primeros intentos de hacer algo, pero de igual forma es muy reciente. Algo tuvo que haberme pasado, porque no creo que me haya levantado un día y haya dicho “oh, voy a comenzar a hacer arte”, pero no tengo el momento específico en el que comenzó. Aun así, siento que nunca me ha faltado en la vida tampoco. Cuando estudiaba diseño gráfico en la universidad tenía una clase de fotografía con Andrea Pellecer y ella insistió en que yo podía optar a una beca en La Fototeca y así fue como comencé en la fotografía. La cosa más extraña es que estudié diseño gráfico porque de toda la lista de carreras que tenía la universidad, esa era la única que no sabía qué era y me dio curiosidad. Lo que pienso es ¿de dónde viene el arte en sí? Hay gente que se levanta, va a trabajar, luego regresa a su casa y logran vivir así, yo no podría hacer eso jamás en mi vida. Yo necesito crear, o ver algo que alguien creó. Lo necesito.
J.P: ¿Entonces sí definirías lo que haces como “arte”?
B.M: Eso es algo que he estado maquinando desde hace tiempo, porque siento que el arte no es lo que uno hace, sino es ese momento en el que uno se enfrenta a algo que hizo. Si a mí me resulta interesante lo que alguien hizo o tal vez me lleva a preguntas mucho más profundas de cosas que yo hago o quién soy yo, entonces creo que sí funcionan como arte. Pero a mí nunca me ha gustado referirme como fotógrafo, como artista o como diseñador, porque siento que es darle mucha pompa a algo que no lo necesita.
J.P: ¿Y haber estudiado Diseño Gráfico crees influye en algo tu trabajo? Porque siento que tu obra es muy gráfica. Que de alguna forma te gustan las líneas y tus pinturas son muy estilizadas, muy limpias.
B.M: Creo que sí. Creo también que uno de los problemas más grandes con el diseño gráfico es que muchos diseñadores se denominan artistas, pero no podemos ser artistas porque no trabajamos bajo el mismo objetivo. Aun así, creo que estudiar diseño sí moldeó mi mirada para ver de otra forma las cosas.

J.P: Si tal vez el diseño gráfico fue una casualidad en tu vida, algo que sí te obsesiona son la filosofía y la matemática, como algo lógico-conceptual, que se manifiestan en algo formal-visual a través de la geometría en tu obra. Háblanos de eso, ¿cómo te enfrentas o te relacionas con la geometría en tu entorno? ¿En tus fotografías juega el papel de objeto encontrado?
B.M: Creo que todo se reduce al orden. Porque la matemática no son números, son patrones que podemos predecir. Podemos reducir absolutamente todo lo que sucede a una acción, y eso es lo que me gusta. Siempre reducir las cosas. No me gusta la opulencia en ninguno de sus sentidos. Creo que la geometría es de hecho matemática visual. Quizás ver geometría en el entorno me resulta muy intuitivo por mi obsesión por la matemática, entonces sí podríamos hablar del objeto encontrado.
J.P: “Formas de Figuración” lo hemos definido como una exposición de tus procesos, tus primeras exploraciones. ¿A dónde te gustaría llevar tu trabajo en el futuro?
B.M: Me gustaría comenzar a reducir las cosas a icónicos. Creo que la objetividad no existe, pero siempre he pensado que entre más cerca estemos de ella es mejor. Por eso creo que la geometría y la matemática me interesan tanto como objeto, porque está cercano a lo objetivo.
J.P: Me resuena mucho que tu interés sigue definiéndose como “reducir” y hemos hablado mucho sobre cómo en tu fotografía, y en tu arte en general, lo que te interesa es justamente “reducir” a su mínima forma una composición o un objeto. Reducir las estructuras a formas o bloques de color. Pero aun así, aunque hablas de un cierto “minimalismo”, tu composición es bastante elaborada. Háblanos un poco de ese interés o relación.
Byron Muñoz: El minimalismo originalmente buscaba desligarse de todo y dejar el objeto por sí mismo, pero no creo que sea el único minimalismo que haya. Porque están, por ejemplo, toda la rama de filósofos analíticos que trabajan con el lenguaje y cómo desarticularlo para llevarlo hasta el mínimo entendible en la comunicación. Esa idea de desarticular las cosas y llevarlas a lo mínimo es lo que me gusta. No neciamente un minimalismo por ser minimalista, o por solo utilizar el blanco y negro, sino por llevar las cosas hasta el borde de lo que puede ser legible.
J.P: Veo esto que mencionas especialmente en la serie XesX o en tus pinturas, en las que solo trazas líneas y hay una intención pictórica aún en la fotografía. Pero, en la serie Una Fecha Equis, todo cambia. ¿Dónde está lo mínimo allí?
B.M: Siento que esa serie es importante para mí porque tiene otra idea, y porque fue la primera vez que yo tomé la cámara conscientemente de lo que quería decir, que era reducir esos momentos de la vida que yo tengo a mi alrededor. Todo parte de la historia de mi familia y mi casa. Mis abuelos compraron una gran casa para que algún día viviéramos todos en ella. Cada uno tenía su cuarto y ellos mandaban cosas para cada uno. Pero al final solo mi papá y yo vivimos ahí. Lo extraño es que la casa está llena de cosas que mis abuelos aún nos envían para cada cuarto, pero se mantienen con llave y nadie nunca los toca. Todo siempre ha permanecido igual. En esa serie entonces lo que hice fue fotografiar de una forma muy intuitiva, y desde la perspectiva de cómo los veo diariamente, las cosas que pertenecen a esos cuerpos que no están.

J.P: Sí, y es que siento que justamente esta serie se distancia de las demás porque es la única que habla de ti. Es la única que habla de tu vida. Las demás hablan de tu entorno.
B.M: Sí, tal vez también es distinta porque las cosas que están en mi casa están ahí, y nunca las he tocado. Entonces eso de no poder organizar las cosas como regularmente lo hago, cambiarlas, resultó también otra forma de hacer las cosas.
J.P: Ya que hablamos de estas series que estarán en la muestra, quiero que hablemos del nombre “Formas de Figuración”. Lo escogimos a partir del texto de Wittgenstein, que es muy importante para ti. ¿Por qué este fragmento en específico, el 2.15, es tan importante y cómo definen lo que estás haciendo? ¿Qué es una figura o qué estás figurando?
B.M: Bueno una figura al final es una estructura, es cómo una cosa juega con la otra para dar a entender otra de la forma más objetiva. Ahí también está por qué me encanta Wittgenstein y los filósofos analíticos. Wittgenstein se fue y dejó toda su fortuna para irse a encerrar a Noruega. Dijo que iba a escribir el único libro de filosofía que se necesitara escribir jamás, el Tractatus. Ahí él trata de decir cómo funciona el lenguaje y dice que tal vez sí nos podemos entender, pero nunca del todo. Habla ahí de las palabras como objetos y cómo estas juegan un rol. Por ejemplo cuando un niño está asustado y la mamá le dice “todo va a estar bien”, la mamá no está diciendo que todo va a estar bien. La mamá está jugando el rol de la palabra. Entonces él quiere reflexionar sobre cómo usar las palabras si estas son objetos simples porque no puede existir sino lo podemos pensar. Esa palabra “objeto” me gusta mucho, pero yo la aplico para otra cosa. Wittgenstein habla del lenguaje, pero para mí el objeto es la interacción que tiene uno con algo, con una palabra o una cosa.

J.P: ¿Entonces para ti, “objeto” es una acción, un encuentro o relación?
B.M: “Diálogo” es la palabra que me gusta usar. Nosotros tenemos diálogos con el objeto, no podemos poseerlo jamás. Creo que tiene que haber todavía cierto nivel de objeto, aun cuando sigamos reduciendo las cosas. La fotografía como tal, la materia fotográfica para mí es un objeto, me estoy relacionando con eso que veo.
J.P: ¿Y ese objeto fotográfico como guarda su simpleza?
B.M: Tiene que ser simple. No quiero pretender dar un discurso enorme. La simpleza es reducir, quitar lo innecesario, ir escarbando. En la fotografía lo último que queda es el límite de lo que puedo usar ese medio para. Yo siento que hay algo lógico y sencillo de transmitir cuando solo presento formas, un cuadro o una línea. Incluso en Una fecha equis no estoy presentando algo más que lo que veo. Por lo mismo, creo que el color es algo que no me ayuda a comunicar nada. Siento que lo último que queda en mi trabajo son cosas o partes de algo que trato de explicarme. No puedo escapar de la forma de figuración, la posibilidad de combinación o relación de las estructuras. Porque tendría que hacer algo, guardarlo y hacer que nadie sepa de ello nunca, tendría que olvidarlo yo también. Porque en el momento en el que alguien lo vea o yo lo recuerde, ya ahí eso se vuelve una estructura y ya es una forma de figuración. Creo que mi objetivo es tratar de llegar a lo más simple, a lo que podría ser lo más objetivo, pero es imposible, nunca voy a poder escapar de la forma de figuración.
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