Por Emelyn Barahona Mendoza.
El tejido de justicia de la violencia sexual femenina en Guatemala
“La violencia sexual hacia las mujeres lesiona a toda la humanidad” mencionó la Jueza Jazmín Barrios, durante la audiencia final del #JuicioSepurZarco en la sala de vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
El viernes 26 de febrero del 2016 la violencia y esclavitud sexual y doméstica contra 15 mujeres q’qchíes en el destacamento militar de Sepur Zarco entre 1982 y 1986, marcó un antes y un después en el mundo.
En punto de las 8 AM la sala del Tribunal «A» de mayor riesgo convocó para dar el veredicto final. Sin embargo, la audiencia se suspendió para las 4 PM del mismo día. Después de 34 años, 20 audiencias y esperar unas horas más, el hambre y la sed de justicia se alimentaba más.
Las mujeres que cubrían su rostro con perrajes, cada vez que tocaban el tema, revivían el dolor. Con el acompañamiento de tres organizaciones de mujeres, tras un proceso personal y colectivo fue necesario que se fortalecieran para decir lo que tenían que decir ante la justicia, dijeron la verdad.
De acuerdo al INACIF, anualmente se registran más de 6,275 casos de abuso sexual contra mujeres, tomando en cuenta que una de cada cinco mujeres es objeto de abuso sexual o violada por un hombre en el mundo. En Guatemala, es la primera vez que un proceso por violaciones de Derechos Humanos, en la región de Polochic, llega a un tribunal. También es la primera vez que se condenan delitos sexuales en un conflicto armado del propio país.
15 mujeres q’qchíes que vivieron torturas, masacres, desapariciones forzadas, fueron violadas individual y colectivamente y sometidas a esclavitud doméstica durante seis meses. En todo el debate oral y público se presentaron testimonios de las víctimas, así como pruebas documentales, peritajes de nivel científico alto y evidencias documentales. Finalmente el exteniente Steelmer Reyes, deberá cumplir 120 años de cárcel y el excomisionado militar Heriberto Valdéz Asij, 240 años por delitos por violencia y esclavitud sexual y múltiples asesinatos
Al término de la última audiencia, las victimas que ahora son triunfadoras (siempre lo fueron) levantaron las manos, y dijeron “presente”. Esto marca un precedente. El público coreaba “mi corazón es Sepur Zarco” entre aplausos, llantos, gritos y abrazos. A las afueras de la CSJ se agradecía a la madre, al padre, al fuego, al agua, al aire, a la tierra.
Las mujeres de los perrajes le demostraron al mundo entero que nadie se va sin saldar las cuentas pendientes. Los estereotipos de las mujeres frágiles, sumisas, calladas y acosadas quedaron destruidos, aunque aún falte mucho por cambiar en nuestro pensar y actuar, tanto en hombres como en mujeres.
Hoy 8 de marzo, en el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer, y en un país donde nos dolemos, por el hecho de ser mujeres, aquí estamos las nietas de Sepur Zarco, porque todas somos Sepur Zarco. Vivas, más fuertes que nunca, en resistencia, sin miedo a callar y luchar. Con coraje.
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