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Página principal > Reportajes > Pluma invitada > Chanán y los cinco casos de un narrador peliagudo: hechos de la última guerra en el cuento centroamericano.
20 julio, 2015  |  Por: esQuisses En: Pluma invitada

Chanán y los cinco casos de un narrador peliagudo: hechos de la última guerra en el cuento centroamericano.

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Por José Luis Escamilla

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El libro que presentamos esta tarde Chanán Cinco peliagudos casos para el comisario Wenceslao Pérez Chanán (2015), del narrador guatemalteco Francisco Alejandro Méndez, publicado por Editorial X, está constituido por cinco relatos cuya característica formal predominante entre ellos es la extensión, ya que es fronteriza entre un cuento largo y una novela corta; Sin embargo, después de revisar su estructura concluimos que se trata de cuentos.

En la parte paratextual, específicamente en el subtítulo del libro, se identifica un indicio de lenguaje popular que insinúa una especie de morbosidad picaresca; pues “lo peliagudo” produce muchos sentidos; desde un nerviosismo en el tratamiento de los temas, hasta posibles preocupaciones en el lector. El hecho es que desde el título del libro queda expuesta la intriga.

En el plano de la construcción narrativa procesa una estrategia predominante en los cinco relatos. El narrador omnisciente, desde la tercera persona del singular, narrador extradiegético, discurso indirecto, expone un escenario en el que se desplegará la historia, plantea una situación problemática o conflicto; inserta la voz de los personajes, desde la primera persona del singular, narrador intradiegético; en el que el narrador pierde la hegemonía en el discurso y la voz de los personajes, desde muy frecuentes escenas-diálogos, asume el poder discursivo en el relato. El lenguaje es coloquial con un léxico popular urbano, propio de la jerga delincuencial y policial guatemalteca de posguerra.

El asunto sobre el género literario en el que se circunscriben estos relatos se esclarece en el momento que se opera la interpretación del tratamiento de los personajes (poco complejos y rutinarios), el tiempo y el espacio y el tratamiento del tema. En una palabra, estamos frente al género cuento, con interesantes hipertextos que extienden la narración y prolongan la historia. Otro elemento interesante es que el protagonista atraviesa todos los relatos, se localiza en los mismos tiempos y se desplaza en los mismos espacios. Wenceslao Pérez Chanán es el eje en el que gravitan todas las historias, los personajes secundarios y los hechos.

El dominio de la intriga en la técnica narrativa de Francisco Méndez es importante. Una historia que parece común y cotidiana en los noticiarios centroamericanos del presente, se vuelve interesante desde la disposición narrativa en las historias de la cuentística de Méndez. El narrador tiene la habilidad de integrar el discurso periodístico desde la nota fría y cruel, el lenguaje de la violencia del presente, la podredumbre institucional y las cicatrices de la guerra en la subjetividad de los protagonistas de una guerra de exterminio que trasciende lo político y la sobrevivencia.

En la historia del protagonista Chanán, sus características físicas y sus hábitos permiten inferir una especie de intertextualización autobiográfica. Las dolamas por causa del ácido úrico, la predilección por el étil y la garrapiñada, así como el elemento canino circundando ciertas escenas pueden ser elementos que nos confirmen esta hipótesis de trabajo. Lo único que a diferencia del cuento policial clásico, en este caso hay un desplazamiento entre la función del detective protagonista Chanán, por el del narrador que escribe en clave periodística un texto literario.

Otra serie de intertextos interesantes son los de la realidad delincuencial guatemalteca en particular y centroamericana en general. El narrador establece relaciones entre personajes y hechos reales de la historia reciente en la región, como asesinatos por narcotráfico, ajuste de cuentas y vinculaciones de lo político con el crimen organizado. Se lee entre líneas asesinatos de diputados extranjeros en Guatemala y toda la cadena de crímenes que produce en el interior de las cárceles y testigos claves. La descomposición de las instituciones del estado y los elementos que las constituyen es otro tema que subyace en el tratamiento de los temas.

En este libro de cuentos se anuncia la aparición de otro sujeto social marginado de la literatura reciente, del modelo económico, las clases sociales y declarado culpable a priori por la edad. Los grupos delincuenciales representado por organizaciones juveniles marginales; pero protagonistas en esta parte caótica que viven las sociedades centroamericanas del presente, inician este proceso de visibilización en las historias contadas por Méndez. Si bien desempeñan una función dentro de la estructura clásica del cuento, su aparición, aunque sea secundaria es importante dentro de la ficción centroamericana.

En el plano del contenido nos enfrentamos con cuentos influenciados por la novela negra, novela criminal y novela policíaca. El autor integra técnicas novelescas en relatos breves, con particularidades propias de cada una. Aunque para muchos teóricos las fronteras entre ellas no existen. Sin embargo, si hacemos un recuento pormenorizado, en la serie de cuentos que nos presenta Méndez encontramos una operación constructiva consciente de sus relatos, típica de este tipo de novelas y que se resumen en el esquema siguiente: presencia de un crimen, investigación por un detective, descubrimiento y persecución de los culpables. Pero, a diferencia de la concepción clásica, el desenlace algunas veces es inconcluso, otras veces no es el esperado y con frecuencia es una simple pausa para otro cuento posterior.

En concordancia con los relatos clásicos de este tipo, el narrador construye una organización análoga en el desarrollo de la historia; es decir que su interés no radica tanto en la resolución de un enigma, cuanto en la configuración de un cuadro de conflictos humanos y sociales; desde un enfoque realista, sociocultural y político.

A diferencia del contexto en el que se originan este tipo de relatos en las sociedades estadounidense y europea de finales del siglo XIX y principios del XX, caracterizadas por la aparición de una cultura de masas, con aglomeraciones urbanas y la revolución de los medios de comunicación: prensa, radio, cine; ahora es la comunicación por teléfono móvil, el internet, el uso de las nuevas tecnologías y la combinación de usos de armas rústicas y de última generación. También se expone como contraste la exaltación del ideal del bienestar de algunos personajes de clase media alta y el consumo de tecnologías, vehículos importados de marcas prestigiosas y de educación superior en universidades privadas; así como del triunfo de la violencia y de los negocios sucios, en busca de rápidas y grandes fortunas.

Es la continuidad de aquellos mundos sórdidos en los que surgen bandas organizadas que trafican con el alcohol, el juego y la prostitución, amparándose en ciertas instituciones y personas de administración (dalcaldes, jueces, policías) sobornadas por un gansterismo poderoso, que en el presente se encarnan en los despojos de la guerra centroamericana: diputados, políticos de oficio, funcionarios públicos, ex soldados y ex guerrilleros en un mismo espacio, resultado de la exclusión de los partidos políticos sistémicos que abandonaron los principios que dignificaban su lucha a finales del siglo XX.

A diferencia de la policíaca clásica, en la que frente a ese mundo degradado, surge la figura de un nuevo detective, duro y justiciero, que al margen de la policía, se enfrenta (junto a abogados y periodistas) a esa sociedad del gansterismo y del crimen organizado; en la narrativa del presente, el protagonista que debería representar el bien, simplemente es uno más del conglomerado que se disputa el poder del mal, dentro de un mundo maldito por el designio del supuesto fin de las ideologías.

Así, Chanán el comisario irrumpe en el sueño de la cuentística centroamericana, dialoga con Pepe Pindonga y atraviesan desde la ficción la región centroamericana. Francisco Méndez establece un discurso transficcional para construir un mecanismo interdiscursivo con Horacio Castellanos Moya; mientras los personajes secundarios de estas historias, se van convirtiendo en nuevos sujetos sociales de carne y hueso que descubren su auto determinación, mientras mueren en esta huida sin fin.

 

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José Luis Escamilla

11653280_1622426444691980_1126418168_nNació en Apopa, San Salvador, Centroamérica, el 28 de junio de 1970. especialista en descifrar designios del tiempo y de la vida, con conocimientos avanzados en alquimia de las cosas simples.

Escamilla es profesor de Literatura hispanoamericana, centroamericana y salvadoreña en la Universidad de El Salvador. Se doctoró en Literatura de la Universidad Nacional de Costa Rica el año 2010.

Sus libros publicados son Intersticios en Roque Dalton (2005) y El protagonista en la novela de posguerra centroamericana (2012); así como una serie de artículos y comentarios sobre arte, cultura y literatura en revistas especializadas y en secciones culturales de periódicos impresos y digitales. Esquinoccio es el primer poemario de una serie de tres, que constatan el trabajo de hacer poesía en silencio.

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