Por Josseline Pinto y Joe Fuentes
Josseline Pinto
Me he enamorado de más personajes de la literatura que del cine. Acepto que fui un poco masoquista cuando me enamoré de Horacio Oliveira y también la mujer más feliz cuando soñaba con Enrique Gómez Carrillo en En Plena Bohemia. Aún así, el cine a veces también se robó mi corazón con personajes especiales, que acepto son particularmente clichés. Aquí Joe y yo pecamos un poco y nos permitimos fantasear con esos personajes que para nosotros son más que ficción y que a veces nos resulta embarazoso confesar. Pero bueno, el oficio del periodista es ser honesto.
*Nota: Solamente porque lo he recomendado demasiado me abstengo de colocar a Oliveiro del Lado Oscuro del Corazón que por supuesto sería mi número uno.
5. Jude en Across the Universe interpretado por Jim Sturgess
Estoy casi segura que Something es mi canción favorita de The Beatles por esta escena de la película Across the Universe (2007) de Julie Taymor. La cinta, un homenaje musical con las mejores canciones del cuarteto británico ambientada en los años sesenta en Nueva York, es una viaje psicodélico, romántico, lleno de aventura y dolor por la vida de Jude y los movimientos hippies y pacifistas en contra de la Guerra de Vietnam. Él es un joven de Liverpool que se muda a Nueva York en busca de un cambio y conoce a Lucy. (Sí, los Beatles tienen muchos nombres en sus canciones). Basta con ver la escena de Something para caer por el noble y rebelde corazón de Jude que enamora a Lucy con besos y de noche sale a conquistar las calles con música, rebeldía y un acento británico. “Hey Jude, don’t be afraid…” La película está llena de color y una fotografía impecable que retrata una época desde la mirada de quienes la viven. Hay dolor, amor y rebeldía, todo desde lo que The Beatles dijeron alguna vez.
4. Dexter en One day interpretado por Jim Sturgess
Para este punto está de más mencionar que Jim Sturgess es mi actor favorito, pero juro que es coincidencia que dos de mis personajes en esta lista sean interpretados por él. Cuando leí el libro One Day de David Nicholls, hace mucho tiempo, inmediatamente caí por Dexter. Era el chico malo perfecto que comienza como el peor patán y se convierte en el mejor novio. La historia relata por más de 15 años todo lo que sucede un mismo día para estos dos personajes que se conocen el último día de la universidad y terminan juntos una vida. Es una historia joven, conmovedora, que avanza por distintos momentos de la vida y evoluciona en conjunto con sus personajes. Si bien es de esos bestsellers que muchos ahora se avergüenza de colocar en su lista, yo estoy orgullosa de haber leído un libro que me impulsó a continuar leyendo y eventualmente encontrar mi clase de literatura.
Cuando vi la película de Lone Scherfig en 2011 primero me enamoré de la interpretación de Anne Hathaway que se luce en uno de sus mejores papeles. Es inocente, fuerte y la vemos crecer justo frente a nuestros ojos. Después vi la personificación de Dexter y mi vida estaba hecha. No era Jim Sturgess lo primero que notaba, sino la viva interpretación de un personaje carismático, encantador, rebelde y sobretodo descarrilado que podía al mismo tiempo ser inmensamente tierno. Aun cuando ya no leo esta clase de libros y tengo varios años de no ver la película, jamás olvidaré el personaje que por tanto tiempo me hizo suspirar. Esta frase es una de mis favoritas: “Dexter, I love you. But I just don’t like you anymore”.
3. Mr. Darcy en Orgullo y Prejuicio interpretado por Matthew Macfadyen
Pues sí, yo también peco de gustos cursis de mujer y como toda mujer estereotípica, Mr. Darcy entra en la lista. La creación de Jane Austin sentó un nuevo paradigma de lo que un hombre egocéntrico y misterioso podría llegar a ser y al mismo tiempo nos presentó un corazón que solo quiere estar al lado del amor de su vida. Matthew Macfadyen es quien le da vida al personaje en la cinta de 2005 y ningún otro Darcy, de los que ha habido, le hace tanta justicia a ese caballero que en mi imaginación ya tenía nombre y apellido. Darcy es el caballero inglés que nos vendieron los cuentos de hadas, pero soñar que existe aunque sea solo 129 minutos es suficiente.
2. Arthur Rimbaud en Total Eclipse interpretado por Leonardo DiCaprio
Que uno de mis poetas favoritos sea interpretado en el cine es una razón suficiente para colocarlo en esta lista. Total Eclipse es la historia de Rimbaud y Verlaine en su vida maldita, en su romance, en su poesía. Rimbaud, interpretado por un joven DiCaprio, es el rebelde genio de las vocales y maneja su barco ebrio tal y como en su biografía lo imaginábamos. Esta película de 1995, dirigida por Agnieszka Holland, basada en la obra documental de Christopher Hampton, parte de los poemas y cartas de los dos simbolistas que marcaron una nueva figura para los poetas de generaciones siguientes y uno de mis personajes de esta lista.
1. Leopoldo en No te mueras sin decirme adónde vas por Dario Grandinetti
Las películas de Eliseo Subiela siempre me han encantado por poéticas, extrañas, surrealistas y dulces. Son como una sábana de seda que apenas deja ver el otro lado del mundo. Mi favorita es claro El lado Oscuro del Corazón, pero otras como No te mueras sin decirme adónde vas también se robaron mi corazón. El actor es el mismo, pero es el personaje de esta segunda, Leopoldo, el que en este conteo menciono. Él es un inventor “fracasado” que solo quiere inventar una máquina para soñar. Va solo por la vida pensando en una mujer que tal vez sea su mejor invento, hasta que logra construir una máquina para llevar su mente a otro mundo, uno pasado o alterno, donde descansa esa bella mujer que lo reconoce y ama. Leopoldo es un poeta sin saberlo y la llena de versos. Me recuerda tanto al personaje de Ojos de perro azul de Gabriel García Máquez, solo que este no está soñando, o tal vez sí. Esta es una preciosa cinta de Subiela que nos regala amor, sueños, esperanzas y un final que desgarra justo cuando ya Leopoldo tenía nuestro corazón completo.
Joe Fuentes
5. Kym – Anne Hathaway (Rachel Getting Married, 2008)
Rara vez encuentro un drama que conecte conmigo de alguna forma. Por mis ojos pasan decenas de decenas de películas al año, en ellas actrices embellecen y envejecen con el paso del tiempo. Pocas actuaciones y muchos menos personajes permanecen. Es por eso considero extraño encontrar a Rachel Getting Married en mi lista. Seguro, pude haber ido por una de miles de adictas en recuperación más del séptimo arte (sobresaliente entre ellas, quizás, Mary Elizabeth Winstead en Smashed). Sin embargo escogí a Anne Hathaway. O, más bien, escogí a Kym.
En Kym hay algo de mí. Algo ególatra, algo narcisista, algo autodestructivo pero bajo control. A través de Hathaway hallé un alma en común, alguien quien decía lo que siempre estimé sobre reuniones familiares: son lo peor cuando se está vulnerable emocionalmente. Son lo peor y una boda, es doblemente peor. ¿Un espacio artificial en el que la atención entera se dedica a un momento construido, en el que se ignoran conscientemente problemas internos latentes de la dinámica de quienes se reúnen? Lo peor, les digo. Quizás por eso siempre me hizo sentido los arrebatos de Kym durante la obra, no los compartía ni los admiraba, pero los entendía.
El personaje reúne características de algo que siempre he buscado en mi pareja. Un despertar luego de tocar fondo. Una apertura a cuestionar convencionalismos. Un autosabotaje cuya catarsis no pasa por alto de la persona que lo sufre. Hay una especie de sensibilidad en Kym que llama a conocerla, a invitarla a un café y ofrecer un hombro cuando llora. No, nunca entraría en una relación con ella. Me fascinaría escucharla, admirarla, con distancia sana, y luego desearle lo mejor mientras se aleja en brazos de un hombre que adora cada centímetro de su existencia conflictiva.
4. Ramona Flowers – Mary Elizabeth Winstead (Scott Pilgrim vs. the World, 2010)
Ramona Flowers es… Ramona Flowers. Es fácil juzgar esta decisión con severidad si nunca se ha leído los volúmenes gráficos de Scott Pilgrim por Bryan Lee O’Malley. Es aún más fácil si nunca se ha visto la adaptación cinematográfica de Edgar Wright. Si, por otro lado, se ha tenido la dicha de disfrutar ambas iteraciones, Ramona Flowers se convierte una opción lógica e irrefutable. Y es que va más allá de que me considere un fanboy de primera medida, escogiendo un personaje de comic con un mazo gigante; Ramona Flowers lo tiene todo. Es independiente, es inteligente, posee excelente gusto musical, puede partir caras con facilidad, es fanática del té y, para más joder, cuenta con una personalidad desinteresada, al extremo de ser desconsiderada. Es la mujer ideal.
Lo digo en serio. Ella no te necesita. No piensa jugar contigo. No te quiere herir y por eso no te habla. La idea de un personaje femenino con tanta personalidad, tanto poder de decisión y tanta verosimilitud a la mujer contemporánea, me encanta. Seguro, el protagonista de la trama es un mequetrefe que corrió suerte de conocerla primero, sin embargo Ramona sobresale constantemente cuando está en escena. Quizás es porque es la mujer ideal.
A través de Mary Elizabeth Winstead, Ramona sale de la pantalla, se postra delante de ti, te incomoda con su sonrisa pícara, pelo colorido y ojos hermosamente saltones. Es una mujer de proporciones naturales, con un estilo definido, con recorrido amoroso y una claridad mental envidiable a su joven edad. Así mismo, Winstead agrega algo que las novelas nunca consolidan, un tono de voz. Un registro ligeramente ronco y rasposo, que te mantiene al filo de cada una de sus palabras, aún susurradas. Es la mujer ideal.
3. Amelie Poulain- Audrey Tautou (Le fabuleux destin d’Amélie Poulain, 2001)
A lo mejor les parecerá extraño que siga esta lista luego de proclamar a Ramona Flowers como la mujer ideal, tres veces para ser exacto. O, a lo mejor, les pela y siguen leyendo la entrada porque sí. O, quizá, solo leyeron los titulares de la lista, juzgaron y nunca adentraron en estas palabras. En cualquier caso, mi siguiente elección es Audrey Tautou como Amelie. Un dúo de personaje y actriz hechos a la medida exacta, en aras de casar ambas entidades en un solo cuerpo. Y vaya si Jean-Pierre Jeunet lo logra. Amelie es, para mí, la mejor descripción de una Mani-Pixie Dream Girl fuera de películas protagonizadas por Zooey Deschanel y Nathalie Portman. Siempre en las nubes, siempre movilizando la agenda del destino, en busca de un sentido a este pasar por la tierra y en conste lucha por consolidar la felicidad de todos a su alrededor, haciéndose valer por un estilo único, a pesar de ser poco funcional en sociedad.
Los elementos mágico-reales de la obra de Jeunet resaltan la personalidad burbujeante de Tautou personificando a Amelié. Es como si la actriz reconociera la película como el vehículo ideal para ventilar una parte de su intimidad, en la pantalla grande. Tautou hace suyo el estilo y manierismo del personaje y por ende nuestra fascinación por la película crece. Es esta fusión la que intenta, a través de la bella Amelie, arreglar la vida del prójimo, tanto dentro de la trama como fuera de ella. Una combinación de excelente actuación y fuerte protagonismo femenino que proclama justicia poética, digna de Francia a comienzos de los 2000s.
2. Celine – Julie Delpy (Before Sunrise, 1995; Before Sunset, 2004; Before Midnight, 2013)
Desde Before Sunrise sentí una afinidad por Julie Delpy. En mi mente era una actriz con carácter, personalidad irresistible y una facilidad por acceder un estilo de vulnerabilidad que pocos se atreven a resaltar. Luego aprendí que compartíamos la misma fecha de cumpleaños y mi corazón pensó sentir una jabalina de Cupido, atravesar su delgada corteza. A pesar de la diferencia de edades de casi dos décadas, yo deseaba estar con ella. Sin embargo, con el tiempo vi otras películas de la actriz y no sentía el mismo amor, el mismo deseo por dejar todo e ir a buscarla. Entonces entendí, me había enganchado de Celine, no Delpy. Tenía sentido, el personaje de la trilogía de “Befores” de Linklater era lo que siempre proclamé buscaría en una mujer: alguien a quien conociera por casualidad, alguien que tuviera opiniones fundamentadas, alguien con quien empezaría a hablar acerca de filosofía hipposa y alguien con quien nunca dejaría de hablar acerca de filosofía hipposa.
Para dejar constancia, Jessie, el compañero de Celine en las películas, es un imbécil. Ethan Hawke posiblemente es un brocrush personal pero su personaje de gringo parlanchín en Europa me hierve la sangre. Nunca la debió haber dejado ir. Podía posponer su vida, siquiera por un semestre, en busca de ver a donde lo llevaba el haber conocido a alguien como Celine. En lugar, pasan dos películas más sufriendo las consecuencias de la decisión estúpida de Jessie al regresar a Estado Unidos.
Celine me encanta por su progresión como personaje. Inicia como esta joven empoderada por su género y época, pero debilitada por sus propias inseguridades y flaquezas. Madura a una mujer exitosa, con un futuro próspero y habilidades envidiables detrás de la guitarra. Para luego terminar como una señora amargada y frustrada. Es genial. Linklater nos pinta una mujer con un mundo entero a su disposición y las vicisitudes de cargar con los roles clásicos de su género: novia, esposa y luego madre. Por otro lado, Celine lo hace siempre con estilo. Hay algo en su forma ligera de llevarse, es casi como si flotara con languidez sobre la tierra. Esto refleja en su comportamiento una cierta indiferencia defensiva, lista para ponerte en tu lugar si te propasas, con capacidad de reconocer su mortalidad, si se lo planteas adecuadamente. ¿Cómo no amar esa fragilidad humana?
1. Eve – Tilda Swinton (Only Lovers Left Alive, 2013)
“Eve”, siempre que pienso en este nombre ahora, lo pronuncio en el tono de Tom Hiddelston interpretando a Adam en Only Lovers Left Alive. ¿Por dónde empezar? Cuando me presentaron esta película hace un año, no esperaba escribir tanto sobre ella. Jarmusch estiró la mano derecha, la empuñó, atravesó mi pecho y colocó una película favorita en mi corazón (awww), sin antes pasar rompiendo todo órgano vital en su camino. La historia de dos enamorados vampiros inmortales y su reencuentro luego de tiempo alejados, es quizás una de las tramas más sencillas que escucharán haber surgido en la segunda década del siglo XXI.
Es aquí donde vive Eve. Una vampiresa, devoradora de libros y de sangre purificada. Jarmusch plantea una contraparte para Hiddelston que acumule varios elementos fantásticos. Desde elegancia funcional hasta raciocinio templado durante momentos críticos. Es por eso que Tilda Swinton es ideal.
Eve es la contraparte perfecta para el caos afectivo que es Adam. Es su luna. Swinton es el todo de Hiddelston y viceversa. Esta historia de amor es marcada con respeto, honestidad, admiración por conocimiento y mutuo amor por las ciencias naturales. El personaje de Swinton está hecho para ella, para que ella pueda habitar su piel y se sienta en casa. El personaje es también fan de Shakespeare (o Kip Marlow, en esta instancia), afinidad que también compartimos.
A nivel personal, es Eve quien actualmente alimenta mis deseos por una relación en la vida real. El estar con alguien que entienda y admire mis pasiones y yo las de ella. Alguien con quien pueda perderme un fin de semana largo en una montaña, quizás al norte, y transcurrir por un país conocido, bajo el cuidado de la luna, como completos turistas, dialogando las debilidades de la sociedad occidental contemporánea.
Sin embargo es en el baile donde Eve me atrapa una y otra vez . Verla calmar las aguas de la mente turbulenta de su amor con unas cuantas palabras, solo para luego motivarlo a bailar un poco de Denise LaSalle. Tiene una esencia digna de admirar y adorar por cientos de décadas por venir.
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