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Página principal > Recomedaciones > Cine > Top 5: personajes de cine que hacen justicia a su contraparte literaria
7 abril, 2015  |  Por: esQuisses En: Cine, Recomedaciones

Top 5: personajes de cine que hacen justicia a su contraparte literaria

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Por Josseline Pinto y Joe Fuentes

Joe Fuentes

Luego de casi tres años de escribir recomendaciones para esQuisses, me encuentro hoy frente un tema que no logro cerrar, un conteo demasiado amplio y demasiado difícil de condensar  en 5 elecciones.  Yo propuse el tópico y heme aquí, a las 2 am, disculpando de antemano lo que seguramente será una herida abierta para cualquier cinéfilo literario. Pasen adelante y juzguen. Pasen adelante y agreguen, estoy consciente que esto es apenas rasgar la superficie de tan vasto campo del conocimiento. Pero esto es lo que venimos a ofrecer en esta calurosa madrugada de abril:

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5. Iago – Kenneth branagh (Othello – 1995)

Kenneth Branagh. “Sir” Kenneth Branagh, Sir Kenneth “Fucking” Branagh. Si hay un hombre con más talento para el cine Shakesperiano y cuyo esfuerzo ha permutado más las obras del Bardo de Avon en la multitud, les ruego hacérmelo saber. Desde un día disfrutar su versión de Hamlet, Branagh destaca en una lista personal de mejores actores del Siglo XXI. Por esa  razón, al encontrar su actuación como Iago en la versión de 1995 de Othello, dirigida y adaptada por Oliver Parker, mi vida dio una peripecia.

Iago sobresale como un perro traicionero, un hipócrita manipulador. Un ser dispuesto a todo, con el único objetivo de ver sufrir a sus enemigos aún cuando esto requiera fingir una amistad bienintencionada. Es, por excelencia, la persona que todos tememos tener entre nuestro círculo de confianza. Siempre atento de nuestras victorias, siempre buscando como convertirlas en tristezas. Cuando Oliver Parker selecciona a Branagh para representar este papel, el tono y la intensidad de la obra se multiplica.

Esto se ve beneficiado con otro cambio, Parker hace de Iago, el antagonista de la trama original, el personaje principal y narrador de la película. El protagonismo de Branagh y el deseo constante del personaje por demostrar su superioridad al público, hace de esta adaptación una joya olvidada los anaqueles tecnicolores de los 90s. El resultado es tan bueno que les comentaré un ejemplo: tengo varios amigos que ahora ven House of Cards y disfrutan de los siloquios de Frank Underwood por el cinismo inherente detrás de sus planes, yo siempre les recomiendo ver el Iago de Branagh.

Fria, fuerte, basada en una historia corta de Cinthio, Othello es la historia clásica de traición y tragedia. Como protagonista de la versión cinematográfica Iago sobresale con diálogos intensos, gestos que rompen la cuarta pared y  una dualidad de acciones que nos forza a reacomodarnos en nuestros asientos.

Mención honorífica de teatro adaptado a Cine:

Michael Caine como Milo Tindle en la versión de 1972 de Sleuth. De lo mejor en dualidad, traición e intenciones ocultas, junto a Laurence Olivier y  a cargo del genio del misterio thriller, Anthony Shaffer, Caine hace suyo el escenario de la pantalla grande.

4. Nick Naylor – Aaron Eckhart (Thank You for Smoking, 2005)

Si nunca han visto Thank You for Smoking deberían dejar de hacer lo que hacen, dejar esta recomendación por un lado, cerrar la tapa de la posible laptop frente a ustedes y ver esta película (aunque esto implique volver a abrir la tapa de la posible laptop, esperar que cargue  de nuevo y descargarla). Jason Reitman hace una adaptación excelente de una de las obras más emblemáticas de Christopher Buckley. Si bien el dúo de escritor/director se podría llevar las palmas, y créanme, las merecen, es Aaron Eckhart quien consigue aterrizar la pieza.

Con una mirada ganadora y una sonrisa que te podría vender agua en un diluvio, Eckhart se merma tan bien con el personaje de Naylor que hay días que no puedo diferenciar el personaje del libro con el actor. Si bien comparte con Iago la interacción directa con el público, Naylor está activo 24/7 en su rol. Él es tabaco y tabaco es él. Cuando crecía, siempre temía que alguien como Nick llegaría en mi vida, me convencería de cometer atrocidades contra mi cuerpo y todo por un módico precio semanal.

En el libro Naylor baila con nuestra atención y deseo de creer todo lo que está plasmado en la hoja. Eckhart logra traducir esto al séptimo arte, entregando diálogos con convencimiento y certeza “innocua”. La suma de ambos personajes te tentaría a fumar un cigarrillo con ellos, bueno, si la trama no se encargara de encarar la mala decisión que esto sería.

El libro sirve como una herramienta didáctica para reconocer mentiras y engaños en el cabildeo institucional, así como  el funcionamiento de la dinámica entre política y grandes corporaciones.  La película, con ayuda de Eckhart, traslada algunos de los imperativos más importantes de la obra, aún cuando estos nos haga pensar en la ambigüedad de la verdad y el negocio gigantesco del tabaco en Estados Unidos.

Mención honorífica de narradores cínicos que caen bien:

Christian Bale como Patrick Bateman en la adaptación de la obra de Bret Easton Ellis, American Psycho, a cargo de Mary Harron. Cualquier actor, en personaje, que consiga mantener mi atención en una conversación sobre texturas en tarjetas de presentación,  con la misma intensidad con la que asesina a Jared Leto con hacha mientras suena Huey Lewis and the News, merece un lugar en esta lista. Sí, aunque sea como una mención honorífica.

3. Mr. Fox – George Clooney (Fantastic Mr. Fox , 2009)

Si bien el texto original de Roald Dahl solo cuenta con 96 páginas, con todo e ilustraciones, Wes Anderson se tomó a la tarea en convertirla en una pieza cinematográfica de 87 minutos. El resultado es  una de mis películas animadas favoritas de todos los tiempos. Lo tiene todo: comedia oscura, sarcasmo, drama, aventura y hasta una canción original en escena por Jarvis Crocker. El vehículo que consigue trasladar la mística de la animación cuadro-por-cuadro impecable, es la voz de George Clooney.

En lo personal, desde O’ Brother Where Art Thou’ confío ciegamente en Clooney. Tiene algo en ese tono de voz dorado e prístina pronunciación que me lleva a nunca cuestionar su sabiduría. Por esa razón, cuando viste la voz de Mr. Fox, es como si me hablara un viejo amigo antropomorfo. La actuación de Clooney le agrega tantas capas al personaje de Dahl que parecieran ganas de joder de Wes Anderson, como si intencionalmente lo envistiera de cuanta profundidad pudiera, con el  objetivo único de demostrarnos una profundidad que, cómicamente, nunca entenderemos del todo.

La elección de Clooney  es tan buena que hay momentos que el zorro de traje y corbata colorida es lo único que vemos, y se nos olvida el protagonista de Batman and Robin o The American. Es  en esos instantes que Mr. Fox sobresale: su lógica se torna infalible, sus intenciones son justificadas y sus deseos de grandeza se asemejan mucho a los nuestros. Si bien el libro infantil termina con una moraleja, el final anticlimático de Anderson tiene lo suyo, le da un lugar digno a la personalidad atrevida y encantadora con la que nos acabamos de encontrar y enamorar.

Mención honorífica personajes increíbles de libros infantiles, adaptados en películas:

El protagonista de la adaptación del cuento clásico de Maurice Sendak, Max, es la combinación  justa entre un aventurero intrépido y un niño lleno de fragilidad.  Similar a Wes Anderson, Spike Jonze se toma la tarea de ampliar y dejar respirar una pieza con menos de 10 páginas. Es a través de la actuación sencilla de Max Records que encontramos un mundo infinito para explorar, muy a la Sendak (con una pizca de Michel Gondry), lleno de fragilidad y honestidad que muchas veces nos hace falta como adultos.

2. Marla Singer – Helena Bonham Carter (Fight Club, 1999)

En mi vida le he otorgado demasiado poder a Helena Bonham Carter. Demasiado. Desde 1999, Marla Singer entró a mi vida, pelo desaliñado, sonrisa pícara en su rostro, humo de cigarro por doquier. La Marla Singer que juega una imagen en mi cerebro es Helena Bonham Carter. En mi mente son una. Fue así cuando leí Fight Club de Chuck Palahniuk, es así ahora que escribo esto con una imagen de la actriz, vestida del personaje, en la ventana de Google Chrome a la par de este texto.

Quizás sea la vulgaridad intrínseca de Marla, o la mejor sea el contrapunto con la elegancia corroída que la describe a Palahniuk. El producto es el mismo. Una mujer vestida con ropa de segunda mano, bailando mientras se sirve otra taza de café en un grupo de apoyo para pacientes de cáncer testicular. Entiendo porque el Narrador se siente atraído a ella, de verdad. Es la mujer que siempre nos advirtieron vendría a robarnos de nuestra libertad y dinero, con sus encantos irresistibles y actitudes codependientes.

Para alguien en busca de tocar fondo, es demasiado bueno para ser verdad.

David Fincher hizo un excelente trabajo en seleccionar a Bonham Carter, la actriz viste la ropa robada y fuma los cigarros como uno se imagina a Marla. Una especie de manic pixie dream-girl, mezclada con anorexia, insomnio e insultos macabros. Si bien pude haber seleccionado a Tyler Durden o incluso a Meatloaf como Robert Paulson (his name was Robert Paulson), es en Marla donde veo algo memorable.

Una mujer poderosa a la que chicas pueden aspirar a seguir, un vestido sucio a la vez.

Mención honorífica de personajes femeninos rotos:

Stephanie Leonidas, como Helena de Mirrormask por Neil Gaiman, es de lo mejor en términos de chicas rotas. La novella salió luego de la película pero Gaiman hace un excelente trabajo en empujar la actuación sobresaliente de Leonidas en el personaje. En la novella de Mirrormask, Helena adquiere manerismos únicos de Leonidas  y consolida un solo ente de las dos fuentes, tanto literal como real.

Por otro lado, Mary Elizabeth Winstead como Ramona Flowers y todo lo que eso implica.

1. Rob Gordon  – John Cussack (High Fidelity, 2001)

Ya hemos hablado de High Fidelity en un número de ocasiones: de sus personajes, su soundtrack y su trama. Hoy indagaremos en John Cussack como Rob Gordon, o al menos lo intentaremos. Verán si bien el personaje es la representación de lo que es cool para cualquier hombre de los 20 a los 40, Rob discrepa del libro a la película.

Mientra la obra muestra un inglés, Rob Fleming, en busca de hacer sentido de su vida en un  Londres  de 1995, el filme protagoniza a Rob Gordon de Chicago en 2001. Este cambio de localidad y temporalidad habilita un nicho de personaje que pudo haber caído al olvido con facilidad.

La suerte nos bendeciría con John Cussack, el hombre-cualquiera por excelencia, quien entrega al mundo un personaje que se sostiene sin las patas literarias de un libro emblemático para una era. No es que el libro y la película sean irreconocibles uno del otro, es que la reacción a los estímulos que viven ambos Robs pasan por Cussack y el actor consigue hacer suya cada circunstancia.

Te habla directamente a ti, a la cámara, como un buen amigo contando una historia afectiva larga, que se ve interrumpida por el pasar del tiempo y sus interacciones con el mundo.  En lugar de tornarse tedioso, el tono fresco de Cussack te mantiene ahí. Atento. A la espera de poder opinar sobre los temas francos que personifican a Nick Hornby, aunque sea con tu compañero de cuarto.

No es que prefiera a un Rob sobre otro, solo considero que el actor, que ahora pocos directores contratan, consiguió crear una marca digna de respeto en el 2000.

Mención honorífica, protagonistas cool que nos gustaría ser:

El profesor Grady Tripp de Michael Douglas  en Wonder Boys, con un tono sardónico, característico estilo del escritor de la novela, Michael Chabon. Douglas nos permite adentrarnos en una mirada de la vida en espiral de un profesor constantemente drogado,  junto a su alumno prodigio y Robert Downey Jr. siendo Robert Downey  Jr.

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Josseline Pinto

5. Arthur Dent – Martin Freeman (The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, 2005)

Película de Garth Jennings, adaptada del libro The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy  de Douglas Adams.

La primera vez que vi esta película debo admitir que me obsesioné y que la vi dos veces más el mismo día. Unos años después descubriría que era la adaptación de los libros de Douglas Adams y volvería a obsesionarme con la película (y el libro). Yo estoy segura que si la Tierra se acaba y debemos migrar el espacio, sobreviviré mientras lleve una toalla en mi mano. El proceso de mi acercamiento a este personaje, fue diferente a todos los demás, porque primero vi la película y formé la imagen de Martin Freeman y después leí el libro ya cuando Arthur Dent me parecía el legítimo predecesor del actor, como si Freeman hubiera nacido para ser un hobbit y para viajar al espacio.

4. Wladyslaw Szpilman- Adrian Brody  (El pianista, 2002)

Película de Roman Polański, adaptada del libro Lolita de las memorias de Władysław Szpilman.

Estoy segura que no solo la música es el catalizador del llanto en esta película. También lo es la mirada del pianista, su pasado, su presente, la posibilidad de no tener un futuro. Wladyslaw Szpilman dejó escritas sus memorias en El Pianista del Gueto de Varsovia. Este pianista polaco y judío que enfrentó la Segunda Guerra Mundial y su palabra vivió para contarlo. Las lágrimas que caían a mis labios al ver la película, sabían igual que las que cayeron al leer el libro, la esencia del personaje está allí, caminando ante mis ojos, lista para contarme su nombre y volverme a sorprender, como si no conociera su destino. La película ganó el Óscar a Mejor Actor Protagonista y Mejor Guión Adaptado, lo que demuestra que las lágrimas si tenían legítimamente el mismo sabor.

3. Lolita – Dominique Swain (Lolita, 1997)

Película de Adrian Lyne, adaptada del libro Lolita de Vladimir Nabokov

La verdad es que sí me odio un poco por no haber escogido la Lolita de Kubrick. Pero tengo mis razones para cometer tal pecado (one must always choose Kubrick). En este caso, creo que la Lolita de Adrian Lyne, es justamente la Lolita que yo imaginaba cuando leí las páginas de ese libro “prohibido”. Una niña que hace más evidente su edad por las ropas que utiliza, como una provocación al mismo pecado. Sus trajes son incluso una poética de su falsa inocencia que es necesario hacer obvia para completar el significado de su personaje. En la novela, Lolita es una niña de 12 años de la que su padrastro se enamora y su relación se torna seductora, carnal, de deseo y mucho cariño. En la película sentimos esa “maldad inocente”, esas miradas pícaras, viciosas y esa rebeldía que se torna en cariño. Lolita aquí es una Lolita de televisión, casi rayando la exageración, pero es una imagen que resume todas las descripciones y diálogos del narrador del libro hacia el personaje.

2. Alex DeLarge – Michael McDowell  (La naranja mecánica, 1971)

Película de Stanley Kubrick, adaptada del libro La naranja mecánica de Anthony Burgess

¿Necesito decir algo más? Kubrick simplemente se convirtió en el Dr. Frankenstein y tomó todos los pedazos que conformaban al DeLarge literario para reencarnarlo en el DeLarge del cine. Ambos personajes nos dejan con una mueca a lo largo de toda la historia. En el libro luchamos por cerrarlo y en el cine por romper la pantalla y escapar de la locura, el cinismo y la sátira de  su sociópata protagonista. En cada una de las violaciones, de los asaltos, de las melodías clásicas es fácil poner en duda si alguna vez leímos el libro o simplemente volvemos a ver la película, porque en mi mente son el mismo personaje.

1. Charles Serking – Ben Gazarra (Ordinaria locura, 1981)

Película de Marco Ferreria, adaptada del libro Erections, Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary Madness de Charles Bukowski

Serking es el alter ego de Bukowski que en Erections, Ejaculations, Exhibitions and General Tales of Ordinary Madness escribe varias microrelatos desde su propia perspectiva de escritor borracho que va de par en par en cuánto a calles, prostitutas, novias y poemas. El personajes es interpretado por Ben Gazzara, quién se transforma con una simple pícara sonrisa en un poeta maldito que disfruta del sexo tanto como disfruta volverse un vagabundo por las calles. El papel que interpreta es el vivo retrato del Bukowski verdadero, pero ve todo lo del escritor con una mirada de narrador omnisciente, que necesita dar un discurso sobre todos los hechos para continuar la historia. Es gracioso, sensible, excéntrico, aburrido, peligroso, brusco y sobre todo ebrio. Toda la cinta, dirigida por Marco Ferreri, es un enorme poema vivencial lleno de decepciones que se lloran a lágrima viva. La ordinaria locura es la ordinaria reencarnación del mismísimo escritor que es un personaje tácito del libro y que en la cinta se vuelve tan verosímil, que lo absurdo es pensar que Serking en realidad no es Bukowski.

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