Estas son las ideas con que el libro Jóvenes en Guatemala, Imágenes, discursos y Contextos, abre la discusión. Es una parte que conforma su introducción.
El instituto de Estudios Humanísticos, IEH, de la Universidad Rafael Landívar y la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala, AVANCSO, con el apoyo decidido del UNFPA, Fondo de Población de Naciones Unidas, a través de su Plataforma Fortalecer para Empoderar, se aliaron y llevaron a su conclusión este estudio sobre las imágenes, los discursos y los contextos que han ido conformando a lo largo de la historia del país, la idea y la experiencia de lo que es ser joven.
La inquietud que desencadenó nuestra investigación se sitúa en el presente: ¿Qué lógica mueve esa gran cantidad de programas de y para jóvenes que se enmarcan en el pensamiento de la prevención del delito? ¿Qué hay detrás de la idea de prevención? Esta inquietud inspiró la indagación histórica, la búsqueda en claves en el conocimiento históricamente producido, el mapeo y ubicación de posiciones y prácticas hoy en día, así como la penetración en los discursos y prácticas en organizaciones contemporáneas concretas.
Seguramente quienes comienzan a leer este texto alguna vez se han formulado la pregunta ¿Qué es ser joven? Y este no es un cuestionamiento neutral, pues detrás subyace la necesidad de definir y establecer categorías que sirvan para demarcar roles, posiciones y relaciones, que legitiman formas de ser y hacer, en suma, que organizan la vida social. No cabe duda que también se ha intentado ofrecer respuestas, pero ¿Quién se pregunta y a partir de allí, quién intenta responder?
Las respuestas dadas son muy diversas. Más allá de descripciones llanas, estas crean, recrean y reproducen valores y prejuicios de quienes se plantean la pregunta y la responden, por supuesto de forma distinta según el lugar social que ocupan y su correlación en las relaciones de poder en las que se encuentren: el Estado, la escuela, el mercado, las organizaciones sociales de variado espectro y dentro de estas, las propias organizaciones de jóvenes, la cooperación internacional, los medios de comunicación e información, las iglesias, los partidos políticos, los centros académicos, las universidades, y todo aquel que se haya visto interpelado o necesitado de establecer diferencias en términos de experiencia vital en clave etaria.
Pero, qué pasa si cambiamos la pregunta, si en lugar de buscar definir un prototipo abstracto y/o esencial(ista) que no suele corresponder con la realidad concreta de las personas, nos cuestionamos por cómo se han construido las ideas y representaciones que tenemos de qué es ser joven. Tal fue el punto de partida de este proyecto, desarrollado por AVANCSO y el IEH-URL.
En la trayectoria de investigación de ambas instituciones se han realizado aportes importantes en el campo de los estudios de juventud en Guatemala.[1] Tanto estos trabajos como los realizados por otras entidades durante aproximadamente las últimas dos décadas iban mostrando algunos rasgos constantes en las representaciones de las personas jóvenes y que se han constituido en la base de intervenciones y políticas públicas. Y es que en la actualidad, las imágenes dominantes de las personas jóvenes son las de unos sujetos vulnerables, incompletos, no formados, riesgosos y en riesgo y que por tanto resultan ser definidos como objeto de intervención. Lo anterior se tradujo en las preguntas ¿Cómo llegan a ser dominantes estas imágenes y representaciones? ¿Cuáles son las implicaciones prácticas y políticas de esto?
El presente estudio se propuso varias líneas de indagación o componentes que buscaban establecer los orígenes y trayectoria del uso de la categoría juventud en Guatemala, las condiciones de producción discursiva sobre jóvenes y juventud en el contexto contemporáneo, así como los rasgos y características de estos discursos, especialmente desde los centros académicos y de investigación –legitimados por el saber científico–, las organizaciones de jóvenes y los proyectos de intervención dirigidos a jóvenes, por tratarse de agentes con legitimidad política que juegan un papel central en esta dinámica de producción y reproducción de símbolos y representaciones.
Los hallazgos muestran que siendo la juventud una construcción social –que además guarda relación con nociones como niñez, adolescencia y adultez, todas ellas categorías que organizan la vida de las personas y las sociedades en términos etarios– no siempre ha significado e implicado lo mismo para todos los sectores o grupos sociales. Tanto en el contenido como en los usos de los símbolos y representaciones relacionadas, es posible identificar continuidades tales como mecanismos de control social, gestión de los cuerpos para fines productivos y reproductivos, así como una suerte de destino trazado previamente: el tiempo de las personas jóvenes es casi siempre localizado en el futuro y estos/as siempre se deben a otros (a la nación, al trabajo, al mercado, etc.).
Este libro está disponible en librerías.
[1] AVANCSO ha publicado los estudios de Deborah Levenson (1987 y 2005) y Ricardo Falla (2006, 2008, 2010) que abordan tópicos como las maras, el trabajo e identidades juveniles. También en la década de los ‘90 fue realizado un estudio sobre los referentes de identidad nacional entre jóvenes (1998 y 2000). Asimismo, entre 2004 y 2009 fueron elaborados tres documentos de sistematización crítica de la experiencia del Proyecto Educativo y Laboral Puente Belice (PELPB). En el año 2011 AVANCSO y el IEH/URL realizaron en conjunto el estudio exploratorio “Jóvenes en el espacio urbano”, antecedente inmediato de la presente investigación. Para mayores detalles ver referencias.
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