Un par de ojos verdes, cientos de pecas y un cuerpo en similar tamaño al mío entró a la oficina de zona 9 para la entrevista. Con una intensión apenada cruzó el umbral de la puerta para luego destapar aquella luz que traspasaría la barrera. Cuando habló del diseño, algo más brilló.
Por: Rosario Orellana
Un suéter negro con algunos toques brillantes, cubriendo una camisita rosada de la que sobresalían un par de líneas. Pantalón de lona azul y un par de zapatos altos y destapados acompañaban a la joven de pelo corto Maryliz Castillo.
Comenzamos a platicar y poco a poco se fue soltando; la joven de 21 años comenzó a contarme sobre su experiencia en el ámbito del diseño gráfico, que por cierto después de varios estudiantes de esa carrera que conozco, puedo decir que todos me parecen un combo de imaginación que simplemente no puedo con él; es demasiado bueno.
Reducida a lo esencial
Maryliz se ha dedicado a trabajar diseños minimalistas pero sin perder la creatividad. “Me gusta que sea más artesanal, no me gusta que sea tan cuadrado” aseguró en varias oportunidades durante la charla.
“Yo tuve un jefe en García Robles –acentuó entre comillas- que siempre me pedía que hiciera algo diferente y por eso creo que puedo hacer cosas menos cuadradas” comentó Maryliz con una sonrisa en el rostro mientras se acomodaba el bolso sobre las piernas.
Enfocada al diseño editorial, la joven buscará desarrollarse en el campo luego de algunas experiencias. Apasionada por el diseño, Castillo ha trabajado algunos proyectos en la universidad que le han abierto los ojos al mundo profesional y que le permitirán desarrollar las habilidades que ni la criptonita podrás bloquear.
“El minimalismo busca que el diseñador se esmere un poquito más. Que busque esa inspiración y que deje la antipatía por el trabajo que está haciendo. No te daré opiniones técnicas porque me parece que la belleza del diseño es encontrar lo no técnico y que la gente lo entienda…” advirtió Sergio Sánchez de Black2White de El Salvador, empresa de diseñadores.
De antecedente artístico
Marilyz se enfoca en el diseño, pero también escribe. “Nada profesional, solo cosas que me van pasando” aseguró Mónica (otro de sus nombres) mientras observaba fijamente hacia la computadora que tenía a un lado.
De madre que pintaba oleo y una hermana artista, Marilyz ha experimentado en varios ámbitos, incluyendo la psicología…si, leyeron bien. “He leído mucho sobre psicología, es un tema que me interesa bastante” agregó.
Comprometida y seria. No sé si ese aspecto tendrá siempre Maryliz, pero seguro que la contrataría. “Los diseñadores somos los portavoces entre las marcas y la gente” dijo Maryliz con ademanes que explicaban la relación que existe entre ambos. “Debemos comunicar realidades, gente real y no lo que se muestra ahora” añadió.
Casada con “mensajes positivos”, Maryliz platicó algunos ejemplos sobre su trabajo y la importancia que éste llegue a los clientes para mejorar su vida. Mujer de pocas palabras pero concisas y determinadas.
“El trabajo del diseñador no se limita a trabajar colores y alineación de textos u objetos como muchos creen, un diseñador se debe enfocar en que su producto genere un click con el consumidor y más que eso, lo enamore, enganche y claro le provoque cierto cambio” añadió Sánchez.
Experiencia y juventud
Castillo ha sumado varios años de experiencias. Ha colaborado con una empresa hermana de Red Ciudadana, García Robles y ahora está creando un estudio de diseño digital junto a Fernando Linares, además de algunos trabajos freelance. Rodeada de pintura, escritura y diseño. Envuelta en arte.
Cuando terminé de hacer la entrevista a Maryliz me dediqué a buscar información y trabajos de otros diseñadores. Definitivamente la versatilidad con la que deben trabajar es admirable, aunque en el mundo del diseño existen tantas especializaciones. Observar que cada artista plasma parte de él en un diseño y eso lo comparte con el mundo; desnudar el alma.
Marilyz investiga y sigue detenidamente el trabajo de otros artistas que, según sus propias palabras, han influido en su desarrollo. Studio A2 de diseño editorial, Revista D, RARA, Revista ICH, Ambush Studio “ha sido de lo mejor que he visto” aseguró la joven. “Utilizan el sentido minimalista pero implementa elementos; juegan con textos, tipografías, fotografía y demás pero sin ser planos, sin ser cuadrados” agregó.
En un tiempo…no muy lejano
Todos soñamos con grandes cosas. Ser creadores, emprendedores y hacer nuevas realidades. Así como algún día soñamos con un proyecto como esQuisses, Maryliz sueña con trabaja en un estudio propio, sin importar si es pequeño o grande –así dijo ella, asumiendo que el sueño crece con el tiempo- “dedicado al branding o editorial”…”pero no a la publicidad” aclaró rápidamente con un risa que cerró el comentario.
“También puede ser una revista propia” agregó repentinamente.
Pero para llegar a grandes sueños se deben pasar pequeños retos y Monica no ha sido la excepción. Ha tenido que cruzar ríos de desafíos para comprobar que su carrera se entrelaza con su pasión y que poco a poco se ha ido sumando a otros amores.
Kalono
El primer trabajo de la artista en este año de la universidad se llamó Kalono –no preguntemos por qué-. Un kit de jardinería -¿alguien me puede explicar por qué muchos de los diseñadores están ligeramente unidos al tema?- que le permitió experimentar aún más y así conseguir un trabajo muy representativo y con muchísimos toques propios.
“Aunque usé colores planos, era un trabajo muy limpio, minimalista pero artesanal…siempre he sido muy amigable con lo ecológico, con el medio ambiente entonces también eso me gustó de ese trabajo” comentó Maryliz que poco a poco comenzó a ver dentro de su bolsa si el teléfono sonaba. Además mencionó un recetario que trabajó mientras colaboraba en García Robles.
Labios rosados y un tenue delineado de ojos color negro cubrían el rostro de la joven que halló en el diseño una forma de expresar toda aquella congoja que movía su interior. Como muchos otros, Maryliz desnuda el alma cada vez que habla sobre sus sueños y aunque a muchos les parezca “extraño” me causa admiración que siendo tan pequeña (de edad) tenga tan claros sus objetivos. Conclusión: la edad no es igual a madurez.
“En varias oportunidades he trabajado con jóvenes y han ido creciendo a mi lado que como verás no soy tan corto de edad…-dice Sergio entre risas cuando se señala con la mano derecha- y si me he percatado que el joven que crece en esto enseña a la mente a brillar por sí sola, porque la acostumbra a hacer grandes cosas y ser crítico de su propio trabajo” comentó.
“Muy pocos diseñadores disfrutan el trabajo editorial. Es entretenido, uno se convierte en todólogo y es prematuramente parte esencial de cualquier trabajo. Es importante que tomemos en cuenta que el campo da para muchos tipos de proyectos y Maryliz podría ampliar su campo sin perder la línea editorial…es divertido este trabajo” dijo entre risas Laura Godoy, editora de revista INcógnita.
“¡Cuidado! Porque el amor al arte es peligro, revuelve las mente” leí en Facebook hace pocos días. Hablando con Maryliz reconfirmé que es totalmente cierto. Dejar volar la imaginación, probar nuevas sensaciones, arriesgarse al fracaso solucionable con Ctrl+z y dejar mover las ideas crea un caos mental que sin duda, plasmado en un diseño se convertirá en genialidades.
Maryliz, una gran artista que comienza a penas a descubrir sus habilidades estará sorprendiendo poco a poco con materiales nuevos. Abriéndose un espacio rebosante en energía y talento. ¡En hora buena Marilyz, que tu talento brille al infinito!
Más muestras de su trabajo en el siguiente link
http://www.behance.net/marylizcf
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