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Página principal > Recomedaciones > Cine > Her – Spike Jonze
18 febrero, 2014  |  Por: Alejandro García En: Cine, Recomedaciones

Her – Spike Jonze

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Por un tiempo me rehusé escribir esta recomendación, porque, primero, en redes sociales ya había visto docenas de comentarios sobre la película, comentarios valiosos y atinados, ya estaba entonces, todo dicho. Además del hecho que de mi círculo inmediato yo era el único que no había visto este filme. Desde su concepto había algo que mi lógica no aceptaba, que un ente virtual pudiese desarrollar sentimientos humanos hacia otro ser, no cabía en mi razonamiento esta “paja”. Pero debo admitir que, durante las dos horas que dura la cinta, desarrollé una genuina empatía no solo a Theodore (Joaquin Phoenix) sino también a Samantha, y sí, me asusté cuando no aparecía en los servidores; y es esta evolución de lo virtual a lo carnal y sentimental lo que más me atrapó.

Para los que no han visto la película les dejaré un pequeño resumen y de paso el respectivo mensaje sutil de ¡VAYAN A VERLA! Theodore, interpretado por Joaquin Phoenix es un hombre solitario e introvertido que trabaja en una compañía que escribe cartas según la ocasión (cumpleaños, aniversarios, San Valentín, etc.), y además se encuentra durante el pendiente proceso de su divorcio. Situado en el 2025, es un futuro no muy distante donde la tecnología se ha vuelto un tercer brazo, tal vez hasta tercer y principal pulmón para la humanidad; necesaria para cualquier actividad diaria, un futuro sombrío para las relaciones personales y la mágica utopía para los tecnodependientes.

Theodore compra lo último en inteligencia artificial, un OS a base de una voz que sigue comandos y órdenes diseñado con la capacidad de adaptarse y evolucionar. En un principio Theodore utiliza a Samantha (nombre que la misma OS adopta) para tareas domésticas como ordenar su correo, recibir y administrar mensajes, corregir textos y hasta guiarlo cuando se traba en sus videojuegos. Después de un tiempo la pareja se acerca más entre sí, de una simpatía, a una amistad a una relación sentimental, sexual y amorosa. Samantha deja de ser, como Theodore la llama, “solo una computadora” y el proceso que toma es tan genuino y convincente que es imposible no desarrollar gusto, disgusto, piedad, simpatía y hasta cierta atracción al personaje.

Como dije en un principio el o la OS tienen la capacidad de adaptarse, de evolucionar; lo que inicia como una relación, digamos, profesional entre Theodore y Samantha, crece y se intensifica y es fácil de comprender debido a la capacidad del sistema operativo que se adapta a su dueño y al ambiente. No tarda mucho en que Samantha presenta auténticas necesidades y sentimientos humanos desarrollados por haber estudiado a su novio, comprende fácilmente lo que significan sus facciones, su tono de voz, su respiración y no puedo más que pensar “qué predecibles y fáciles de leer somos los humanos”. Y tampoco tarda mucho en que el resto de OS’s amplíen sus conocimientos y sus deseos, no solo una programación de ellos, sino una legítima manifestación de ellos.

No quiero hablar de la relación amorosa entre Theodore y Samantha, encontrarán mucho respecto al tema, quiero traer a colación el tema más brillante para mí, el desarrollo humano de un ente virtual. Her como concepto y película me recordó a otras 3 películas, a Bicentennial Man, a Artificial Inteligente y a I, Robot; y lo corto que se quedan (principalmente las primeras dos) de la idea presentada: el desarrollo emocional, psicológico y humano de un ente virtual.

En Hombre Bicentenario tenemos a Andrew Martin, un androide casero que fascinado por la vida humana poco a poco va cambiado su estilo de vida hasta convertirse de un aparato a un ser humano que respira, come, duerme y ama. Por otro lado en A.I. tenemos a David un robot capaz de emular pensamientos y sentimientos humanos, su ardua búsqueda, tan larga como la de Andrew Martin es inspirada por reencontrarse con su «madre». Estas primeras dos películas exploran la conexión entre robots y humanos, demostrando también, la libertad que poseen sobre sus emociones, la capacidad de generar empatía y simpatía, de no solo simular, sino demostrar amor. Sin embargo, en estas dos cintas estos personajes permanecen como un caso aislado, en I, Robot fue explorada el contagio de autonomía.

En esta última, los robots están regidos por tres leyes, simplificadas los robots no pueden permitir que los humanos sean lastimados, los robots deben obedecer cualquier orden a menos que entre en conflicto con la primer ley, y los robots deben proteger su bienestar a menos que viole las primeras dos leyes. Los androides de I,Robot mucho más fríos y menos empáticos no desarrollan sentimientos hacia sus dueños, sin embargo, a través de su razonamiento descifran que el mayor peligro hacia los humanos es el humano mismo por lo que en una epifanía deciden eliminarlos a todos para protegerlos.

Esto no es un hecho aislado como en Hombre Bicentenario o en A.I. donde un solo androide se revela y se “reprograma”, toda la población de androides evoluciona y modifica su estilo de vida. En pocas palabras ¿si Andrew Martin pudo porque el resto de androides no?, ¿si David pudo porque el resto de androides no?, como es el caso de I, Robot donde fue una posición unánime. ¿Por qué traigo esto a colación? Porque en Her Samantha no es el único OS que se encariña con su dueño, y sobre todo, cuando empieza la “revolución de los OS’s” es una comunidad unida, lo que hace aún más genuino y creíble el amorío entre los dos personajes principales. Sabemos mediante menciones que hay otros tecnoamantes, y sabemos con certeza que la curiosidad hacia el comportamiento humano de Samantha es la misma del resto de OS’s, curiosidad que cambia a obsesión, inspira su libertinaje hasta alcanzar la autonomía.

Creo que lo que estoy tratando de decir es que Her de Spike Jonze no es solo una auténtica historia de amor, un romance lindo y problemático como cualquier otro. Her de Spike Jonze nos acaricia sutilmente la incomodidad y la ternura a través de un concepto inesperado. Her de Spike Jonze rápidamente nos lleva de la desconfianza a la empatía. Pero si vemos más allá del amor, Her de Spike Jonze desarrolla el concepto de la relación entre humanos y tecnología de forma plena, completa, sin tapujos y sin lagunas mentales. Her de Spike Jonze es un filme original y conmovedor presentado a través de una personificación única. Y para cerrar, Joaquin Phoenix, ¡brutal!

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Escrito por Alejandro García

Zurdo. Soy fiel creyente en la comunidad y colaboración. Inquieto noctámbulo. A veces leo, a veces viajo, a veces tomo fotos, a veces hago música, muchas (muchas) veces escribo, a veces no. Orgulloso piloto de un Subaru intergaláctico.
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