Después de años de disfrutar el rock nacional bajo las naguas de youtube, reapareció en mi playlist una banda que me hacía soñar con algo más allá de mi realidad; que trajo a mi memoria aquella época de colegio y universidad en la que la única manera de hacer mis tareas, era escuchándolos y no había reunión con los amigos en donde no fueran tema de conversación por una u otra razón: Fábulas, una leyenda que sigue viva.
Por: Rosario Orellana
Un viaje por la historia. Pero no una común sino una que aún no ha visto, ni ve cerca el final feliz. Gilberto Lemus (vocalista) Jorge Baldetti (guitarrista) y Jorge Herrera (baterista) de Fábulas Áticas se acomodaron en una mesa esquinada de Café Barista en Pradera zona 10 para la entrevista, luego de acordar la cita por teléfono.
Inmediatamente al verlos en el lugar supe que esas caras las había visto en más de algún escenario. Luego del saludo y la corta presentación, nos sentamos alrededor de botellas de agua y un par de vasos con café. La plática que estaba pensada para una entrevista corta, terminó en una larga charla llena de risas y recuerdos.
Fábulas, un grupo que se ha acomodado a una nueva realidad debido a la ocupación de cada integrante y que sigue produciendo música para los apasionados que seguimos disfrutando del rock nacional que desde hace algunos años nos ha erizado la piel. Pocas personas alrededor de la mesa nos permitieron hablar con toda tranquilidad en aquel lugar con luz tenue y poder reconocer que la pasión por la música no se ha agotado en cada uno de los jóvenes que marchan orgullosos con el nombre de su fiel acompañante, la banda.
El sueño comenzó en los 90´s
Cada agrupación artística se conforma de una manera diferente y con un fin diferente. Fábulas nunca buscó hacer un business con la música ni vivir de ella, simplemente cumplir con un sueño que ha unido a cinco mundos para convertirlo en uno solo.
Gilberto: “Gonzalo Rodríguez que fue el primer guitarrista de Fábulas contactó a Jorge –señalando hacia su izquierda en donde estaba sentado el baterista- luego fue Josué –refiriéndose a Josué Villaseñor, bajista de la banda-también a Jorge –señalando a Baldetti- y luego a Tony. Así se fue armando hasta que nos quedamos como estamos ahora” comentó.
“Fábulas nació en una época donde era muy atractivo tocar en una banda, diferente a como es hoy que la mara anda buscando tocar en bares o bodas sin embargo falta mucho para traer una nueva propuesta musical auténticas, que sea en español y letras con más sentido” agregó Gilberto, “Era una época más bohemia e idealista tal vez” concluyó.
Cada uno de los miembros, con carreras universitarias y familia, dedican parte de su tiempo a la música “siempre fue un hobby serio y era una época en donde se llenaban los estadios y la mara pagaba por ver a los patojos, ahora no se da eso es más: la música se ve como una posibilidad de carrera, para generar un negocio pero para nosotros siempre fue una forma de expresión” dice con una sonrisa el guitarrista de la agrupación, Jorge.
Con la intensión de disfrutar el momento y alejado de la ambición, Fábulas se fue abriendo paso sobre la escena artística del país y junto con amigos y colegas de otras bandas crearon un movimiento “muy bonito” como ellos lo llaman.
“No era un trabajo, lo hacíamos porque nos encantaba y nos sigue encantando tocar” añadió Jorge Herrera mientras sus inquietas manos se hacían amigas de una botella de agua pura y aprovechaba para responder mensajes en el teléfono. “Si hacemos un árbol genealógico de las bandas de esa época todos éramos cuates, todos nos conocíamos. Por ejemplo Jorge –señala a Baldetti- fue guitarrista de Viernes Verde, aquel –señalando a Herrera- tocó después en Extinción y Gonzalo es hermano de Álvaro Rodríguez, guitarrista de Bohemia, entonces era como un mismo círculo, era muy bonito” dijo Gilberto.
Un paso a la vez
Fábulas es una de las pocas bandas en Guatemala que no ha permitido que el paso del tiempo y las diferentes ocupaciones de sus miembros, cambie el interés por dejar el mejor sabor de boca en quienes disfrutan sus shows. Sin un calendario establecido pero con la disposición de dar siempre lo mejor, los músicos recordaron sus primeros pasos.
“Creo que fue un tiempo de dedicación y era una época en la que llegaban unos 40 pelones a los conciertos. En el dos mil comenzaron los festivales cuando las radios se dieron cuenta que se podía lucrar con ciertos grupos que si pegaban y salió, entre muchos, el festival Libertad de Expresión donde si había muchísima gente” recordó el guitarrista mientras que Gilberto interrumpió: “Yo si difiero con ellos porque creo que si nos abrimos campo y cómo lo hicimos, con mucho esfuerzo. Nosotros repartíamos volantes, aquel dibujaba (Jorge Herrera) por ahí se fumaba algo y yo en el chance que tenía me escapaba para sacar fotocopias y las repartíamos. Yo estudiaba en la Landivar pero íbamos a repartirlos a la Marroquín, la Del Valle y la San Carlos” con una sonrisa y una seguidilla de ademanes que iban contando junto a la voz de la banda, la historia.
Un nombre que sin duda alguna se posicionó dentro de la farándula guatemalteca. Que atrajo el movimiento de seguidores sinceros que encontraron en Fábulas una propuesta musical diferente. “No fuimos la banda más consistente en tocar en el interior o salir de Guatemala que posiblemente pudimos haber hecho pero si lo poco que hicimos fue bueno y hoy igualmente tiene mucho sentido porque no somos una banda que toca todos los fines de semana y que la mara diga no que hueva sino que damos 5-6 concierto al año y que la gente los recuerde por muy poca o mucha gente que llegue” compartió Gilberto.
Noches inolvidables
Durante la plática Gilberto, Jorge Herrera y Jorge Baldetti comenzaron a recordar algunos momentos de la banda. “En Trovajazz se nos ocurrió tocar relajado, no era un acústico como tal, solo decidimos tocar suave y nos divertimos muchísimo y platicábamos con la gente, nos reíamos y muchos nos dijeron al finalizar muchá, nunca los habíamos escuchado de esa forma y con eso vamos haciendo diferencia” mencionó el vocalista.
“Otro fue el año pasado que, no es que seamos malos para planificar solo es por el gusto hicimos un concierto el 21 de diciembre cuando todos están pensando en convivios y comprar regalos. Llegaron como 50 personas y la mara salió diciendo que fue el concierto más espectacular que había ido y la verdad nos la pasamos muy bien” añadió.
Con cada pregunta que caía sobre la mesa, los artistas disfrutaban el momento con bromas y risas. La música del fondo comenzaba a subir de volumen mientras el lugar se iba haciendo más grande y las mesas se iban despidiendo de sus visitas.
Cinco cabezas, cinco gustos musicales diferentes se acoplan a un mismo camino buscando un mismo resultado. “No somos como esas bandas que generalmente llega solo uno con el esqueleto y se trabaja en base a eso. Nosotros, todos metemos mano en todas las canciones. También tuvimos miles de intentos fallidos pero digamos alguien llevaba algo y el otro se le unía y luego otro decía perate eso suena bien y le podemos agregar aquello y así íbamos armando cada canción” compartieron. A pesar de las limitantes que tienen ahora para la producción de material, los jóvenes han buscado la forma de seguir en el camino de la música, sin permitir que la voz se pierda con el viento.
El nuevo camino
Dentro de los próximos proyectos de Fábulas Áticas, está la producción de un disco del que ya han grabado cinco canciones. “Hemos sacado 4 sencillos y los 4 han pegado, le han gustado a la gente entonces buscamos hacer un buen trabajo pero antes era una producción masiva, muchas de las letras yo me las fumé en el estudio y plas plas ahí va, orale” añadió Gilberto entre risas.
Con influencias desde Nirvana y Pearl Jam, pasando por Daft Punk, Soda Stereo hasta Cerati, Muse además de los Beatles y Jorge Drexler, los miembros de Fábulas han sabido congeniar cada estilo y hacerlo propio.
Y, a pesar que los ensayos y producción de música va a un nuevo ritmo, la banda ha mantenido la amistad fuera de los límites. Las experiencias siguen su cuenta. “Experiencias como que íbamos a algún lugar y quien nos había contratado se desaparecía y no teníamos dónde comer o dormir pero no importaba o también hace poco fuimos al concierto de la Tona, compartimos todos y la pasamos super bien. Creo que esa amistad que se mantiene también la gente la percibe y por eso disfruta lo que hacemos” puntualizó Gilberto.
“También llegar por primera vez a un estudio y ver la batería con 65 micrófonos y no saber ni qué hacer, es astral” agregó Jorge Herrera entre risas.
“Este año terminamos el disco. Después del pleitos, roces y gritos hemos encontrado la forma de acomodarnos en cada etapa y salir adelante en estos proyectos. El disco es lo más ambicioso que tenemos. Somos una banda fuera del mercado pero disfrutamos lo que hacemos y aceptamos nuestra realidad y lo hemos podido manejar de esa forma” concluyó Jorge Baldetti mientras el joven del lugar se acercó a la mesa para pedirnos que nos retiráramos.
Para muchos, Fábulas puso un punto final pero la banda sigue viva, nunca ha desmayado y seguirá girando cabezas. Esperaremos siempre las nuevas propuestas de aquella banda que de principio a fin se ha encargado de dar lo mejor de sí y aunque de 10 rolas que terminen, una escuchemos, sabemos que tendremos Fábulas para un buen rato más.
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Fotos de banda cortesía Fábulas y Sandy Álvarez, fotos entrevista Oscar Villeda.
El Festival Libertad de Expresión fue en 1994, no en los dos mil como dice la nota. Ese festival en realidad marcó un antes y un después en la música nacional. Ahí surgió el interés en las radios y no al revés.