Es curioso como clasifican películas en las ahora casi difuntas tiendas de video. Pero encontrar una película de Wes Anderson en la sección de niños, simplemente por ser animada, me pareció un extremo de absurdo. Fantastic Mr. Fox es la segunda incursión al stop-motion (la primera con escenas muy breves de Life Aquatic with Steve Zissou) del reconocido director estadunidense Wes Anderson. A diferencia del resto de directores de su generación, Anderson ha logrado crear un género para si. Una especie de tributo a la comedia que casi rompe la cuarta pared, así como una mezcla arraigada de varios géneros del cine contemporáneo. Si bien este es un corto preámbulo, se imaginarán lo frustrante que puede ser haber visto la tragi-comedia de un zorro que está pasando por una crisis de mediana edad, a la par de temporadas enteras de Dora la Exploradora.
Sí, es cierto, la historia base de la película es el aclamado libro de Roald Dahl (autor de Willy Wonka, Matilda y James and the Giant Peach) con el mismo nombre. Este, sin embargo, es solo el punto de partida de Wes. La película animada es una muestra fehaciente de cómo la antropomorfización puede aplicar moralejas fuertes para adultos, al igual que a niños. Esto, quizás más que nada, ha personificado la comedia del director desde sus inicios, el intentar regresar un estilo de moralidad propia frente al escepticismo y nihilismo latente en nuestra era. En el caso de la presente recomendación, esto lo logra a través de del protagonista, Mr. Fox, quien desea salir del retiro impuesto por su esposa de una larga y exitosa vida de crimen, para revivir los días de gloria donde no debía trabajar de ocho a cinco.
La elección de elenco es perfecta: George Clooney, Merrel Streep, Bill Murray, William Da Foe, Michael Gambon y, el chico de oro de Wes, Jason Schwartzman. Los primeros dos son los protagonistas, la pareja de zorros quienes deben criar a un hijo rebelde frente a un sinfín de deudas y la aburrida vida suburbana. Por otro lado, los personajes secundarios, como a veces pasa con las películas de Anderson, se la lleva los personajes secundarios. Seres quienes interactúan con la vida de los protagonistas con su forma particular y torcida de ver la vida. Claro, salvo este caso que estos incluyen zorrillos, conejos y ratas.
Quizás sea difícil para algunos adultos superar la brecha de la animación cuadro por cuadro, quizá la última película de este estilo que vieron fue A Nightmare Before Christmas, pero se les sugiere dejarse llevar, por una hora y media de paletas de colores majestuosas, una fotografía cinematográfica envidiable y personajes con los que uno puede enamorarse. La animación estuvo a cargo de la casa de de producción Laika (quienes crearon Coraline y ParaNorman), el adversario alternativo más digno para los gigantes de Pixar y Dreamworks; otro punto que quizá un cinéfilo pueda apreciar por el nivel de producción que dicha casa ofrece en cada proyecto. Si algo, un adulto puede apreciar como Anderson logra substituir el insulto versátil y fuerte del idioma inglés, “Fuck”, por la palabra más amigable para la censura “Cuss”.
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