Rosario Orellana.
Es común escuchar la palabra “chapinas” referente a textiles y se piense en alguna artesanía de tela típica o en alguno de esos objetos que se encuentran en los mercados locales, sin embargo, mucho de lo guatemalteco o “chapín” vuelve a la idea de creaciones que incorporen elementos de otros lugares, esperando cumplir con las necesidades de guatemaltecos. El caso de “Moshi Moshi” es algo similar. Es la mezcla entre arte oriental, enfocado a cumplir las necesidades de una joven guatemalteca.
Moshi Moshi es un concepto que renueva la idea de artículos para mujeres. Su diseño, sus colores y más, lo hace un proyecto único que incorpora elementos que enamoran a quienes desean adquirir algunos de sus productos.
José Roberto Jiménez es un joven diseñador gráfico, apasionado por el animé y con grandes cualidades que le permiten reproducir su ferviente gusto por los dibujos de gran carisma y ojos que cuentan historias en un trabajo que compartirá con el público. Jiménez tuvo la idea de formar una empresa de bolsas para mujeres desde hace cuatro años.
Ese tiempo José Roberto creó el nombre, personajes y tenía toda una propuesta creativa, sin embargo, el trabajo no veía luz propia por la cual brillar. Encerrada en un cajón sin prosperar, ni siquiera ir hacia atrás. Años después, un rayo de sol la reflejó haciendo de la propuesta una empresa en crecimiento.
“Un día Marito -haciendo referencia a uno de sus actuales socios- me dijo que tenía que hacer en grupo un proyecto para la Feria de Emprendedores y se me ocurrió ofrecerle mi propuesta para que ahí ya se le diera un poco más de cuerpo, se creara el producto” asegura Jiménez con una sonrisa en el rostro. Claramente, cuando platica acerca del producto de su imaginación y del esfuerzo de sus socios y amigos, sus ojos se iluminan y recrean ese espacio lleno de su trabajo innovador.
Al comienzo, la idea era crear bolsas para mujeres, específicamente tiernas. “Sabemos que no a toda la gente le gustan los dibujitos tiernos o los colores pastel, pero si hay mucha gente y lo hemos visto con los resultados que tuve el primer lote de doscientas bolsas que mandamos a hacer” comenta Jiménez con orgullo
Así como muchas empresas musicales o artísticas y demás crecen poco a poco y en su mayoría con una inversión propia, Moshi Moshi ha ido creciendo con pasos cortos pero seguros. “Todo está más lento porque realmente es otro trabajo que te lleva mucho tiempo; tenés que estar llamando, averiguando, vas a traer y a dejar y así” agrega Jiménez mientras sus manos se mueven sin formar alguna figura pero recatadas para no llamar la atención. De fondo la música de guitarra, la voz de unas 15 personas alrededor y la luz tenue de un lugar bohemio pero cargado de olor a café.
José Roberto cruza sus piernas sobre el sillón y ve hacia la puerta. No espera a nadie pero la idea de estar siendo grabado le provoca algún tipo de nervio, pero no se quiere preocupar. El proyecto comenzó con las ganas de José Jiménez, Mario Lima y dos amigas más, Karla y Fernanda. Fernanda abandonó el proyecto después de haber terminado la “Feria de Emprendedores” sin embargo, los otros tres continuaron el arduo trabajo, buscando patrocinio, alianzas, colaboraciones y demás.
El distintivo del material son los diseños carismáticos, tiernos y enamoradizos, lindos monstruos que esperan compradores sensibles que quieran enamorarse de los materiales. “Queremos que la gente que nos compre diga –hey que lindo eso, yo lo quiero- o recibir un –ay me encanta, yo lo quiero- que cada una de las compradoras sientan suya la bolsa, la quieran y así la usen” concluye con una voz baja pero segura, una mirada dirigida al frente y las manos tal cuales guías de la explicación, una sonrisa que explica el objetivo de la empresa.
Dos años y van por más…
La propuesta defiende el estilo artístico japonés conocido como kawaii que se refiere a “lindo” o “tierno”, que no solamente implica el uso de personajes sencillos y bondadosos, como de colores que reflejen la ternura de las figuras. “Nosotros creamos varios dibujitos pero al final nos dimos cuenta que el Moshi, o el conejo del logo es el que más atrae, irónico porque es el más simple” complementa el diseñador encargado de conocer, investigar y volar hacia lo más profundo de su alma para crear los elementales –muñecos- que representan su marca.
“Nosotros sí vimos que a mucha gente le interesó, muchos nos dieron ideas nuevas y para mejorar lo que ya había” asegura Jiménez. En su primer intento, Moshi Moshi hizo doscientas de las que actualmente quedan menos de cinco. Además creó otros productos que promoverán aún más el arte “de lo lindo”.
Los proyectos por venir…
Cuando José pensó en la empresa y esa idea era tan solo un vago sueño, las bolsas parecían una opción perfecta. Sin embargo, con el tiempo, las ideas y crecimiento de los moshis comenzó a incorporar sus diseños “lindos” en otros artículos para mujer como cosmetiqueras, pines y zapatos.
“En la misma Feria, había una empresa que estaba empezando a trabajar todo esto de los zapatos y se platicó sobre una posible alianza. La verdad era una idea que ya se iba hacia el rollo de las prendas que es mucho más difícil, es bien diferente por las telas y todo eso que tenés que saber, pero como ellos se encargaron de eso solo debíamos darles los diseños” explica José. Luego señala sus zapatos tenis (chapulines) y asiente “no sé cómo llamarles pero son estilo chapulines, pero con los diseños siempre tiernos, colores pastel, no se perdió la idea de Moshi Moshi”.
Poca cultura Moshi Moshi
“En Guatemala, te vende lo que te mata. Es así de fácil, si pones una bolsa de Moshi en un stand y pones una pistola sin duda alguna lo que llamará la atención es la pistola; sin embargo, es importante recordar que la gente chapina necesita mucho más amor, más cosas tiernas, más cosas que nos provoquen felicidad y no miedo o engendren violencia” asegura Jairo Melgar, editor de Diseñadores CAOS quienes se encargan de reproducir contenido pacifista.
El equipo que ha logrado levantar la marca Moshi Moshi ha tenido que aprender sobre telas, sobre colores, diseños, texturas, números y demás. “Definitivamente es un proceso de aprendizaje en todo sentido. Un diseñador que sabe sobre la tipografía que una marca debe tener, va a tener que saber también cómo promocionar y vender su trabajo final y a su vez, deberán conocer de contabilidad y finanzas que sin eso, una empresa jamás funciona” comenta Melgar de CAOS.
Actualmente en Guatemala, no existe una competencia fuerte para Moshi Moshi. Muy pocos conocen sobre el arte kawaii, y menos saben convertirlo en un producto útil. “Cuando empezamos, Morena (refiriéndose a una reconocida empresa de Arte y Diseño Guatemalteco) nos ayudó mucho pero como ellos también producen sus propios productos no podían darnos aún más apoyo. También nos buscaron para hacer una alianza que ya iba más enfocada a reproducir nuestro Moshi en telas típicas, era algo bonito pero necesitaba mucha más inversión y tiempo y en ese momento no se pudo, sin embargo, no descartamos la idea de volverlo a platicar o incluso hacer otras cosas con la marca, más de usar cosas típicas y así” asegura José mientras ve su celular justo cuando recibe una llamada.
“Yo soy una persona amante de las cosas así y nunca en mi vida había visto una propuesta como la de ellos. La persona que creó los personajes definitivamente sabe dibujar primero, y segundo sobre este tipo de arte. Muy poca gente la entiende y otros pocos están interesados a reproducirla” asegura Giovanna Garzáro, magister en arte y especializada en elementos orientales en la academia GARdenias de arte y dibujo. “Como profesional, tengo un muy buen presentimiento del proyecto de estos chicos. Tal vez no lo ven, pero si siguen así de fuerte tendrán que dedicarse a tiempo completo. Muchas veces uno deja los proyectos personales al tiempo, pero yo les recomendaría que luchen. Podrían llegar a ser una fuerte competencia de la Hello Kitty por ejemplo o incluso desempeñar roles sociales más allá de sus planes actuales” concluyó Garzáro cuando recibió una llamada que le impidió continuar con la entrevista.
El arte no se limita a las ramas más conocidas como la pintura en cuadros, el dibujo a lápiz, la música. El arte es toda aquella manifestación que refleja la actividad humana por medio de la cual se muestran los intereses del creador. Es además, la habilidad de crear y definitivamente Moshi Moshi tiene la posibilidad de crear un estilo de vida, de engendrar amor entre su producto y sus consumidores; la capacidad y disposición de lograr grandes sueños que ofrezcan una vida feliz, tierna, amigable con el ambiente debido a sus materiales que a pesar de no ser reciclables, no son dañinos para el medio ambiente, pero sobre todas las cosas, la satisfacción de ver en algún material físico su anhelo más profundo, su habilidad menos reconocida y sus intereses más intrínsecos.
“La mejor forma de conocer a un artista y comprender su arte es viendo su pieza más sencilla porque ahí, justo ahí estará todo su corazón transformado en algo pintoresco y comercial” Yon Sarimaya Yan, artista Kawaii, Costa Rica, 2010.
Contacto:
http://www.facebook.com/ilovemoshi
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Fotos e imágenes cortesía Moshi Moshi
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