Fue una sorpresa, como cada año, que el chino Mo Yan fuese el ganador del galardón más prestigioso de las letras, haciéndolo acreedor al título de Premio Nobel de la Literatura 2012. Sin embargo, es la calidad sus obras que lo llevaron al podio que hoy lo incluye a los más grandes literatos de la historia. En Guatemala existen personas con el potencial suficiente para adjudicarse un título enmarcado por todo el globo terráqueo, pero, ¿qué tanta importancia le presta el mundo al premio que no requiere de alfombra roja para presentar a sus candidatos? ¿Qué pasa con los diferentes mundos representados en cada página escrita y editada que no hemos leído?Es difícil criticar la literatura cuando es tan lejana, es más fácil clasificarla dentro del enorme cajón que guarda todo lo que no queremos conocer. La ignorancia es el producto de la poca valentía inculcada que nos permitiría adentrarnos en grandes aventuras para conocer al mundo a través de un libro, o varios.
Lo complicado no es convivir con ello, sino combatirlo. Acaso quienes no conocen de libros saben que cada año la Academia Sueca es la que premia el esfuerzo humano, o que el primer galardón de las letras se entregó en 1901 al francés Sully Prudhomme. Sabrán que un poco más de 105 personas han recibido el premio gracias a sus aportes a la literatura, o que apenas 12 mujeres han sido reconocidas con el galardón.
Felicidades a Mo Yan, que cruzó más de una frontera para poder ser premiado por el esfuerzo de su letra que refleja un “realismo alucinante que combina cuentos populares, historia y contemporaneidad” de su pueblo. Guatemala a seguir luchando para preparar escritores que nos representen igual que deportistas olímpicos.
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